miércoles, 12 de enero de 2011

CITAS DE BORGES


Manuel Pedreschi visitó a Borges en Buenos Aires por los 80s; guarda de aquella memorable visita una autógrafa. Es la que reproducimos arriba junto con estas citas del gran escritor argentino.


Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca.

Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso.

He cometido el peor pecado que uno puede cometer. No he sido feliz.

La belleza es ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica.

Todas las teorías son legítimas y ninguna tiene importancia. Lo que importa es lo que se hace con ellas.

Hay que tener cuidado al elegir a los enemigos porque uno termina pareciéndose a ellos.

Quienes dicen que el arte no debe propagar doctrinas suelen referirse a doctrinas contrarias a las suyas.

La duda es uno de los nombres de la inteligencia.

Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído.

Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mi me enorgullecen las que he leído.

Hay comunistas que sostienen que ser anticomunista es ser fascista. Esto es tan incomprensible como decir que no ser católico es ser mormón.

¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad.

Me gustaría ser valiente. Mi dentista asegura que no lo soy.

Democracia: es una superstición muy difundida, un abuso de la estadística.

La Biblioteca es una esfera cuyo centro cabal es cualquier hexágono, cuya circunferencia es inaccesible.

Las tiranías fomentan la estupidez.

Creo que con el tiempo mereceremos no tener gobiernos.

La paternidad y los espejos son abominables porque multiplican el número de los hombres.

Yo siempre seré el futuro Nóbel. Debe ser una tradición escandinava.

He firmado tantos ejemplares de mis libros que el día que me muera va a tener un gran valor uno que no lleve mi firma.

9 comentarios:

  1. Esta autógrafa tiene al parecer un incalculable valor para el ingeniero Manuel Pedreschi: tiene el valor sentimental. Mentira, promos. Por si acaso la está rematando a $500 dólares desde el primerodinero.

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  2. Simone de Beauvoir de Yakuza,
    Me calumnias en vano, solo respondo: cree el ladron que todos son de su condicion.

    Sabiendome incapaz de escribir, me identifico a plenitud con eso de estar orgulloso sobre lo leido. La cita sobre la amenaza de muerte es tambien genial.

    Borges grande!

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  3. Amigos, noto con extraneza la ausencia de nuestro amigo, el entusiasta Carlitos Valqui.
    No sera que esta enfermo o convaleciente de su operacion?

    No tengo su telefono, pero seria bueno llamarlo a casa.

    O lo habra raptado el SIN, bajo instrucciones de nuestro Yourcenar de Shinto?

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  4. Me quedo con estos 02 menciones del ciego de Buenos Aires:

    La duda es uno de los nombres de la inteligencia.

    Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído.

    Quentin, cada dia me lleno de Luz, con tus aportes, no se quedan atras el Vate, Aldo y Mario Pablo.

    El lunes me he reincorporado a mis labores diarias en el Ministerio de la Producción, estoy como un colegial de secundaria, con las pilas cargadas.

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  5. Walt Whitman de Nagasaki,
    Se que tu blog es en castellano, pero este articulo sobre "Funes el memorioso" lo encontre hace unos meses y me gusto mucho. Tratandose de mi cuento favorito, me tome la molestia de contactar al autor para felicitarlo.

    http://www.vis.caltech.edu/~rodri/papers/Nature_2010.pdf

    Interesante ver que en ingles hay mas paginas de internet sobre Borges que en castellano. El interes por la obra del maestro aumenta dia a dia entre los lectores de habla inglesa.

    Felicitaciones a Carlitos Valqui por su vuelta al trabajo. El temido rapto del SIN no era cierto. Salud por eso!

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  6. Tendria uno que ser mas ciego que Jorge Luis
    Borges para no ver la grandeza de su pluma.

    Su ironia no perdono ni su propia ceguera,
    y escribio :


    Nadie rebaje a lagrima o reproche
    esta declaracion de la maestria de
    Dios, que con magnifica ironia
    me dio a la vez los libros y la noche.

    El maestro no perdio el Nobel, el Nobel
    lo perdio a el.

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  7. Y este sobre el rey de los juegos:

    Ajedrez
    En su grave rincón, los jugadores
    rigen las lentas piezas. El tablero
    los demora hasta el alba en su severo
    ámbito en que se odian dos colores.

    Adentro irradian mágicos rigores
    las formas: torre homérica, ligero
    caballo, armada reina, rey postrero,
    oblicuo alfil y peones agresores.

    Cuando los jugadores se hayan ido,
    cuando el tiempo los haya consumido,
    ciertamente no habrá cesado el rito.

    En el Oriente se encendió esta guerra
    cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
    Como el otro, este juego es infinito.

    II

    Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
    reina, torre directa y peón ladino
    sobre lo negro y blanco del camino
    buscan y libran su batalla armada.

    No saben que la mano señalada
    del jugador gobierna su destino,
    no saben que un rigor adamantino
    sujeta su albedrío y su jornada.

    También el jugador es prisionero
    (la sentencia es de Omar) de otro tablero
    de negras noches y blancos días.

    Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
    ¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
    de polvo y tiempo y sueño y agonías?

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  8. El remordimiento
    He cometido el peor de los pecados
    que un hombre puede cometer. No he sido
    feliz. Que los glaciares del olvido
    me arrastren y me pierdan, despiadados.

    Mis padres me engendraron para el juego
    arriesgado y hermoso de la vida,
    para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
    Los defraudé. No fui feliz. Cumplida

    no fue su joven voluntad. Mi mente
    se aplicó a las simétricas porfías
    del arte, que entreteje naderías.

    Me legaron valor. No fui valiente.
    No me abandona. Siempre está a mi lado
    La sombra de haber sido un desdichado.

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  9. Continuo el maravilloso poema que Aldo comenzo a citar:

    Poema de los dones
    Nadie rebaje a lágrima o reproche
    esta declaración de la maestría
    de Dios, que con magnífica ironía
    me dio a la vez los libros y la noche.

    De esta ciudad de libros hizo dueños
    a unos ojos sin luz, que sólo pueden
    leer en las bibliotecas de los sueños
    los insensatos párrafos que ceden

    las albas a su afán. En vano el día
    les prodiga sus libros infinitos,
    arduos como los arduos manuscritos
    que perecieron en Alejandría.

    De hambre y de sed (narra una historia griega)
    muere un rey entre fuentes y jardines;
    yo fatigo sin rumbo los confines
    de esta alta y honda biblioteca ciega.

    Enciclopedias, atlas, el Oriente
    y el Occidente, siglos, dinastías,
    símbolos, cosmos y cosmogonías
    brindan los muros, pero inútilmente.

    Lento en mi sombra, la penumbra hueca
    exploro con el báculo indeciso,
    yo, que me figuraba el Paraíso
    bajo la especie de una biblioteca.

    Algo, que ciertamente no se nombra
    con la palabra azar, rige estas cosas;
    otro ya recibió en otras borrosas
    tardes los muchos libros y la sombra.

    Al errar por las lentas galerías
    suelo sentir con vago horror sagrado
    que soy el otro, el muerto, que habrá dado
    los mismos pasos en los mismos días.

    ¿Cuál de los dos escribe este poema
    de un yo plural y de una sola sombra?
    ¿Qué importa la palabra que me nombra
    si es indiviso y uno el anatema?

    Groussac o Borges, miro este querido
    mundo que se deforma y que se apaga
    en una pálida ceniza vaga
    que se parece al sueño y al olvido.

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