martes, 22 de junio de 2010

EL INOLVIDABLE RUELAS


Estuvo en la reunión de 2009. Era el mismo Ruelas de siempre, solo que un poco reservado, de muy poco hablar. Luego no estuvo presente cuando nos reunimos para celebrar la llegada de "Maquisapa". Ruelas durante buen tiempo después de que saliéramos del colegio era esa persona que es el vinculo general del grupo, el que se sabía el teléfono o la dirección de todos, el más preocupado por que la promoción no se desintegrara como grupo humano cohesionado por sentimientos y recuerdos. Más tarde probablemente se aburrió de este papel y de la indiferencia de la mayoría por las reuniones anuales. Cada quien había tomado su rumbo y estaba demasiado ocupado en lo suyo (quizá como hasta ahora) para estar asistiendo a chifitas o peñas a reencontrarse con viejos camaradas de la secundaria.
En un cuento del narrador chileno Jorge Edwards hay precisamente un personaje como Ruelitas, que juega ese papel de despositario de la memoria del grupo. Edwards dice que siempre, en cada promoción estudiantil, hay un personaje así.

EL GORDO CALENZANI


Manolo Pedreschi advirtió que en la fragmentación que hiciera de LA FOTO MEMORABLE (1968) había omitido a nuestro gran amigo y promo, el finadito Tomás Calenzani. ¿Quién no recuerda al bonachón de Calenzani?

EL PROFESOR TOVAR


Poco a poco hemos ido recordando al profesor Tovar, profesor a cargo del curso de historia del Perú. Varias versiones lo recuerdan como un profesor solvente y estimado. Me viene a la memoria una conversación que creo se produjo antes del golpe de Velasco. Tovar conversaba a menudo con algunos de nosotros de política y una vez me dijo "tú vas a ser dirigente universitario". Lo decía porque como todos se acordarán yo era un estudiante secundario aprista (todo mi familia, desde mi abuelo lo era)y con frecuencia debatía ya sea con Córdova, que era democristiano o con Mario Rodríguez, que era de izquierda. Manuel Tovar presenciaba estas discusiones y creía ver en nosotros futuros agitadores y dirigentes. Eso no ocurrió en mi caso; sí en el de Mario que llegó a ser nada menos que Presidente de la Federación de Estudiantes de San Marcos. Aquí una foto de nuestro querido mentor y su esposa

MACHETEO PA' TIMOTEO


Parece que nuestro promo Carlos Valqui Guarniz ha rescatado de su memoria un recuerdo un poquito feo de Timoteo. Aquí está:

Don Carlos:
Revisando el Blog, observó la foto del profesor TIMOTEO, un personaje que si mal no recuerdo, se tomaba infulas de Director. Le comento una anecdota con el citado profesor. Resulta que un dia "X" el inefable profesor TIMOTEO, tenia que tomar un examen de INGLES al aula (me parece que estaba en 3ro de Secundaria), no llegaba a la hora indicada al salon, y se aparece tarde, BEODO, ordena que todos esten en sus sitios, y yo comienzo a comentar que el PROFE estaba HUASCOTA, me escucha y me dice que me pare de mi asiento, y me reprende por mi comentario, ademas de YAPA me metió un cachetadon que me hizo olvidar las unicas 2 palabras en ingles que yo sabia. Esas eran las atribuciones, que en aquel entonces se tomaban algunos profesores, eran omnipresentes.
Saludos
carlos valqui

sábado, 19 de junio de 2010

SALUDO POR EL DIA DEL PADRE


Carlos Valqui Guarniz envía este saludo a los padres de la promo. A él me sumo yo que ya soy abuelo de 4 nietos y espero una nieta para agosto.

Don Carlos:
Haga extensivo este saludo de bienestar, prosperidad y buena salud a los padres de la Promoción 1968 del Alejandro O Deustua, muchos serán abuelos.
Carlos Valqui

jueves, 17 de junio de 2010

MR. TIMOTEO, NUESTRO PROFESOR DE INGLES


Debió apellidarse Timothy, creo yo, porque aparte de anglófono era muy apegado a exaltar el mundo anglosajón. ¿Era buena gente o mala gente? En realidad no era mala persona, solo que tenía el defecto del predicador: intentaba convencerte siempre repitiéndote las cosas y, al parecer, no creía en las causas perdidas. Se equivocaba, sin duda, de cabo a rabo, porque, perdonen la franqueza, había una gran cantidad de casos y causas perdidos en nuestra querida promo. Por lo menos perdidos para la causa del profesor Timoteo, que era convertirnos en alumnos ejemplares de un colegio que distaba de ser ejemplar. Nos hablaba como un pastor habla a un rebaño en fuga, con paciencia y tozudez, a veces con impaciencia y mal humor.
Creo que nunca se dio cuenta de que la clase 1968 estaba compuesta por locos, pajeros, inútiles, mitómanos, pendejos, hijitos de papá, vagos y futuros prontuariados. Por eso se mandaba unas catilinarias y una predicas cojunudas; obtenía por toda respuesta que la canalla del 68 le coreara "Camotillo, Camotillo!¿Recuerdan?
Ya para entonces Tulio Loza había popularizado a ese personaje de Augusto Polo Campos que era un tribuno de plazuela que no dejaba en sus peroratas delirantes y malcriadas, títere con cabeza. Arremetía contra toda la clase política. Nuestro Mr. Camotillo arremetía contra nuestros derfectos, taras, vicios y malas costumbres y nunca logró ningún converso. Pobre Timothy.
Recuerdo que entonces había una actitud muy laxa respecto del aprendizaje del inglés y que a fin del año 1968 vino un jurado de afuera para el examen final y creo que nadie desaprobó, a pesar de que la gran mayoría no sabía ni jota de la lengua de Shakespeare. Entre ellos estaba el finadito pelirrojo Castillo y alguien más. Alguien del jurado les hizo una propuesta a los examinados: "Canten algo en inglés y pasan". Uno de los miembros del Jurado contó luego que pocas veces había escuchado un inglés tan bien pronunciado: fue Castillo que cantó una canción de The Beatles.

HUAMPANI, 1968 (FOTO NUEVA)


Esta foto me fue remitida primero por Jorge Castañeda y luego por Javier Noriega (que me parece que se la propocionó a Jorge). Javier me la envía con un mensaje: "No llores, promo". En verdad, después de 42 años y pico de haber sido tomada esa vista, uno como que siente un abismo profundo a los pies. ¡Son 42 años! Allí aparecen varios de nosotros, incluido el suscrito, en la flor de la edad. Entonces teníamos algunos vagos planes para la vida, e intensos sueños, la mayoría de los cuales se han estrellado contra la realidad. Pero no lloren, por favor, que hay que cuidar el agua, cada día más escasa en el mundo.

jueves, 10 de junio de 2010

RECUERDOS DEUSTUANOS PARTE 3


Extraigo este largo texto de un libro en preparación titulado Memoria y Antología de los 70s (sobre la poesía de mi generación). Disculpen la extensión del escrito y mi exhibicionismo. Publicar el texto aquí solo se justifica por las abundantes menciones a nuestra vida estudiantil:

MEMORIA Y ANTOLOGIA DE LOS 70s
Carlos Orellana
Fragmento

Terminé la secundaria en 1968, en el Alejandro Deustua, un colegio de propiedad y administración de la Federación de Empleados Bancarios del Perú, entonces poderoso gremio, copado por el APRA. El Deustua estaba situado en el jirón General Varela, a tres cuadras de la avenida Arica y en una de las zonas más tradicionales del tradicional distrito de Breña. Por entonces la educación, primaria y secundaría, se impartía por separado a estudiantes de sexos distintos. El local para el estudiantado femenino estaba localizado no lejos de General Varela, a unas seis o siete cuadras de allí, en el también bastante conocido jirón Recuay. Recorríamos los muchachos este corto trecho algunas veces a la semana a eso de las diez de la mañana para encaramarnos a los relativamente poco altos muros del patio de ese plantel y observar las clases de educación física de las chicas, oportunidad única para contemplar piernas y ejercicios que estimulaban nuestra imaginación adolescente, que a lo más que podía acceder era a la semiclandestina revista chilena “Pingüino”, donde con escándalo se mostraba a féminas en calzón y con los pechos al descubierto. En mi experiencia personal “Pingüino” era una revista que solía encontrar en el último cajón de la gaveta derecha del escritorio de la oficina de mi padre, un hombre muy serio. Estaba encaletada entre inocentes publicaciones como Life, Selecciones del Rider Digest o Caretas. Al fin de la jornada oficinesca -la oficina de la empresa de transportes de mi padre quedaba en la planta baja de nuestra casa- me daba maña para quedarme solo, rebuscar papeles hasta hallar la revista, luego ponerle seguro a la puerta y convocar al buen Onán.
Nuestra fresca imaginación se encargaba de despojar mentalmente a nuestras compañeras de algunas prendas y mostrarlas como en la publicación mapochina. Habían comentarios de todos los tonos; el mío, si se producía, era el más recatado y tímido, y la razón estaba en que yo iba a ver a una chica de la que me había enamorado como un caballo. Simplemente me quedaba contemplándola y la verdad sea dicha, lo mío era platónico y no escabroso como lo de los demás. Fue precisamente M. y su eterno desdén lo que me impulsó a escribir poesía. Un tiempo más tarde escucharía en el Patio de Letras de San Marcos una frase que convenía a mi situación de aprendiz de poeta. La pronunció el bardo Hildebrando Pérez, Premio Casa de las Américas, y catedrático sanmarquino: “El poeta es el que siempre pierde”.
¿Cómo era posible que estudiantes pudieran salir a las diez de la mañana, hora central, del dictado de clases, a la calle y, más aún, lanzarse a la aventura del voyeurismo sin nada que se los impidiera? La respuesta era sencilla: En un colegio particular de categoría “B” como el Alejandro Deustua de entonces, cualquier cosa podía ocurrir. El portero, Isidro, provinciano, motoso, pero ya suficientemente acriollado, franqueaba la salida sin necesidad de coima: por simple, graciosa y gratuita complicidad. Se llevaba excelentemente con los alumnos, no solo porque regentaba el único kiosko del colegio, sino porque jugaba fútbol los sábados con los chicos de cuarto y quinto. Lo que hoy llamamos relajo era total. El director, un hombre de baja estatura, símpático y comprensivo, químico de profesión, de conocida filiación aprista era casi un empleado fantasma. Las malas lenguas decían que cuando estaba ausente -casi siempre- se encontraba jugando su deporte favorito, el billar. El regente del Deustua, o sea el representante de la Federación Bancaria, era un zambo alto, algo viejón, y que se desentendía de todo, salvo -decían las malas lenguas- de su secretaria, una mujer que empezaba a entrar a la madurez, Zarela. Zarela era buenamoza, blanca, de pelo claro, sumamente recatada -y de ello daban fe vestidos holgados y largos que hacían esfuerzos inútiles por ocultar formas opulentas y deseables-, es decir una musa para los muchachos pendejos, especialmente los mayores. Completaba la fauna de arriba, un profesorado donde existían pocos profesores dignos de ese nombre.
Entre los respetables estaba el buen Pedro León Atoche, flaquísimo, algo achorado como diríamos hoy, con lentes de culo de botella, insigne matemático y, soterradamente, hombre de izquierda. Estaba también el antipático Cauti, oriundo probablemente de la Sierra Norte - aprista hasta el tuétano, pero culto, hombre de buena expresión y a quien se veía portando libros como “Vidas Paralelas”, de Plutarco. Cauti era de los profesores, que a pesar de su baja estatura tenía autoridad; esa autoridad provenía de su cara de mierda, y de unos anteojos que le daban un aire intelectual. No se hacía muchos problemas con la chacota, o ruidos molestos e interrupción de los estudiantes con él evidente ánimo de joder por joder. Dejaba de dictar su clase y como respuesta se lanzaba un rollo con terminajos que casi nadie entendía, pero que se suponía eran agravios; así bajaba la moral a los estudiantes. Su breve alocución era despectiva hasta en los gestos. Utilizaba un término que durante décadas he buscado en cuanto diccionario ha caído en mis manos, sin resultado alguno: “pajizo”. Cauti solía detener la explicación de un pasaje de la historia republicana del Perú, para lanzar su acostumbrada catilinaria contra los que “metían vicio”; terminaba todas las demoledoras parrafadas con una frase, “ah,que pretenden esos elementos pajizos”. “Pajizos” sonaba a algo así como ignorantes, degradados, desechables, parias. Sonaba tan ofensivo que los muchachos, que eran unos cínicos redomados, festejaban el terminajo, luego de acusar recibo de su poderosa, cuanto críptica carga denigrante.
Imposible olvidarse de los auxiliares. Eran tres. A uno, hombre ya maduro, calvo, tranquilo y medio tontón lo apodaban “Rápido Flash”. El mote se debía a sus repentinos arranques de ira cuando le colmaban la paciencia. “Rápido Flash” solía ser permisivo en extremo, considerado, buena gente, pero esto no hacía otra cosa que promover el abuso de confianza y la desfachatez entre los forajas. Y entonces el “hombre quieto” se transformaba en una bestia; se despojaba de un cinturón de grueso cuero y arremetía contra los muchachos al grito de “Dios es Cristo”. No había quien lo pare y muchas orejas, lomos, piernas inocentes y culpables, terminaban magulladas. Santo remedio.
Del nombre o chapa del otro auxiliar difícilmente he de acordarme, pues era un malandrín que chantajeaba a los alumnos, yo entre ellos. Los muchachos, como en todos los colegios, encontrábamos en el fumar clandestino, una suerte de afirmación de nuestra independencia ficticia. Fumábamos en los baños y es allí donde este sujeto caía para, en una suerte de redada, llevarnos a su oficina, un pequeño cubículo bajo las escaleras del segundo piso. Interrogaba a cada uno y terminaba con la amenaza de “voy a citar a tu padre”. Se había enterado de que mi padre era un próspero transportista y puso especial énfasis en mi persona. El día que me encontró fumando llevaba el dinero justo para la compra del “Baldor” de Algebra. Me dijo que le diera el dinero, que él me conseguiría el texto a un precio más bajo. Jamás lo trajo. Luego se dio maña para seguir sacándome plata, sencillo, con la concha más grande del mundo. Prometía arreglar notas y otras facilidades, que finalmente yo no necesitaba y que el, probablemente, no iba a cumplir. Y entonces volvía a lo de citar a mi padre. Al final lo echaron.
Entre los auxiliares podía contarse a una mujer de unos cuarenta años, zamba clara y de trasero prominente, muy habladora y que oficiaba de “cuidadora” del bus del colegio, en el que yo iba, solo porque M. viajaba allí. Yo vivía en Chacra Ríos y ella en la Unidad Vecinal de Mirones. Se llamaba Rosa e intimó con el malandrín; solían encerrarse sospechosamente en la oficina de éste por espacios prolongados durante los recreos. Más tarde el malandrín fue reemplazado por un amigo del director, un hombre de unos sesenta años, de bigotes canos y esmeradamente recortados, de una bonhomía incuestionable, el legendario “tío Vega”. El tío Vega se ganaba al alumnado con su simpatía y su complicidad a la hora de los exámenes, cuando algunos profesores flojos o con problemas de próstata, le pedían, o que vigile todo el examen o todo un paso, o que lo haga por un rato. No bien el titular del curso se iba, el tío Vega, parado en la puerta anunciaba: “Ya pueden copiar”. Esa solidaridad era tan bien pagada que los muchachos hacían una “chanchita” para comprarle al tío Vega, una camisa el día de su cumpleaños, el 3 de diciembre.
A pesar de sus años, el tío Vega cayó también en las redes de esta Rosa, mujer bastante fresca y que definitivamente debía padecer de furor uterino. Recuerdo que en el cuarto año andaba yo con un muchacho, que luego fue dirigente democristiano, un tal Córdova, y cruzando ambos palabras con ella, se atrevió a hacernos un comentario gratuito: “El tío Vega todavía puede; me ha dicho, el sábado te quiero ver calatita”. El comentario de Córdova fue: “Esta vieja es una puta”.
No he sido en la adolescencia demasiado suspicaz, porque nunca interpreté sino como una broma el que la tal Rosa me contará que en un colectivo -los micros de entonces- un muchacho “atrevido” le había puesto una mano en un muslo. Para graficar el hecho ella tomó mi mano y la puso sobre el mismo muslo. Eso ocurrió una de las pocas veces en que decidí acompañarla a ella y al chofer hasta el último punto de la ruta, en el Callao. Ahora estoy convencido de que al regresar cotidianamente solos, esta Rosa y el chofer paraban en algún lugar de la entonces desierta avenida Venezuela y se entregaban al desenfreno de la carne.
Parece que todo esto puede ilustrar en algo lo que era el Alejandro Deustua entre 1966 Y 1968.
En la breve excursión al anexo femenino del Deustua, hacíamos regularmente dos paradas. Una de ida a un bar que quedaba a una cuadra del plantel y donde, con el mayor desparpajo del mundo nos sentábamos a tomar gaseosas y a escuchar hasta la saciedad, “Satisfactión” de los Rolling Stones.
La memoria me es poco fiel para tratar de recordar a la patota. Recuerdo a Nelson Marengo, un muchacho alto con una peluca a lo Beatle, que su padre autorizaba a usar -para envidia nuestra-, a Amancio Peña (que en su particular y cómica parla provinciana, definía al clítoris como “chiquito pene”), a Víctor “Gordo” Tenorio” (eximio ajedresista), a Rafael “Oso” Delgado, a Manuel “Chato” Pedreschi y a Mario Rodríguez Hurtado. Estos tres últimos eran quienes se disputaban el primer puesto cada año y solo eran de la partida muy de vez en cuando. El “Oso” Delgado terminó medicina, pero se perdió, a pesar de su talento, en la burocracia de los hospitales; Pedreschi, borgiano e ingeniero de sistemas, se fue del Perú e hizo su vida en Nueva Zelanda como funcionario de la IBM. Lo reencontraría en la década de los noventas en Wellington, a raíz de una visita oficial. Mario Rodríguez llegó al final de los setentas a ser Presidente de la Federación de Estudiantes de San Marcos y luego connotado penalista.
Además del bar donde escuchábamos a los Rolling Stones, hacíamos de regreso una parada en la esquina de Arica y Jorge Chávez. Allí había una chicharronería, donde como era lógico vendían también camote frito. Los muchachos podíamos comprar solo rodajas de camote frito, unas maravillosas, crocantes, crujientes rodajas, envueltas en papel despacho y coronadas con un ají de los dioses. En esos momentos la vida tenía sabor a escapada del colegio, piernas gruesas de muchachas, pequeños o medianos senos que se adivinaban tras los polos y camotes fritos como esos de la esquina de Jorge Chávez y Arica. Para qué se necesitaba más.
Pero había más y era el viaje en el bus, con M. subiendo en Recuay, con sus ojos achinaditos, su sonrisa burbujeante, sus trece o catorce años brotando como flores de campo, en medio de algo agreste. Había más y era la música de las estaciones que escuchábamos entonces, 1160, Excelsior y otras que traían las inolvidables canciones de los años felices. Cómo olvidar “Te veré en setiembre”.
Más, eran las famosas “matinales”, una suerte de “combo del espectáculo” que ofrecían varios cines de la Capital, entre ellos algunos cercano a mi barrio y colegio, el “City Hall” , el “Arica” o el “Monumental”. Se trataba de una película -una comedia romántica o una de aventuras- y de yapa una presentación musical con los más conocidas agrupaciones y cantantes de la época: los Shains, los Doltons, los Ventures, Jean Paul el Troglodita, entre otros muchos más. Al igual que muchachadas de otras latitudes, las nuestras exteriorizaban su éxtasis por la música y sus artistas “en vivo” con gritos destemplados, con desplazamientos del cuerpo de un lado a otro.
La mayoría de los estudiantes vivían en una burbuja y así continuaron haciéndolo hasta que emigraron de las aulas. Solo algunos vivíamos fuera de esa burbuja y ya nos habíamos contaminado con la política: evidenciábamos nuestra simpatía por partidos o ideologías, discutíamos ya con los profesores, anticipábamos lo que iba a ser nuestro futuro rol de dirigentes universitarios.
El año 1966 que ingresé al Deustua, cursaba el tercer año de secundaria. Mi padre era aprista y hasta un año antes yo no sentía simpatía alguna por el partido de Haya de la Torre. Pero el 65 mi padre que cotizaba considerablemente en el Partido, prestó un camión para el “Día de la Fraternidad”y me invitó a acompañar a un primo mío que iba a conducirlo. Mis ideas de los quince años eran vagamente de izquierda por influencia de un abuelo antiaprista y un tío materno comunista. Recuerdo que en el recorrido que hizo el camión, que llevaba en la plataforma una torre de cartón alusiva a los yacimientos de la Brea y Pariñas, pasó por la avenida La Colmena, en dirección al tradicional local central del PAP, en la avenida Alfonso Ugarte. Una media cuadra antes de llegar al hotel Crillón, se encontraba el local del partido de Gobierno, Acción Popular. Inevitablemente se produjo un conato de choque entre bases partidarias apristas y acciopopulistas. Desde las ventanas del edificio que albergaba el local del partido gobernante se gritaba “búfalos” y desde la calle “coyotes”. Lo primero aludía, no solo al legendario héroe aprista “Búfalo” Barreto, sino a la conducta supuesta o realmente matonesca, arrasadora, irracional de los “defensistas” del APRA; lo segundo al carácter de llorón, gritón, o lastimero del “coyote”, un animal -por lo demás sin ningún prestigio en la fauna- con el que los seguidores de Víctor Raúl Haya de la Torre identificaban a los de Fernando Belaúnde . De estos insultos se pasó a algunos pugilatos callejeros y a apedreamiento del camión donde me encontraba. Es así que de pronto me vi en un bando y reaccioné gritando contra los “coyotes” y sintiendo que otros, compañeros apristas, gritaban conmigo. Al llegar a Alfonso Ugarte pasamos por la tribuna y allí en medio del estrado la mítica figura del Jefe, el sordo, multitudinario griterío de la masa fanática. Obviamente me contagié de aprismo, por lo demás mi padre era aprista y lo fue mi abuelo, partícipe de la revuelta de Huaraz el 32 con Philips, episodio que fue secuela o replica del alzamiento de Trujillo ese año. Más tarde la represión criminal de Sánchez Cerro obligó a mi abuelo y a mi padre, entonces de 11 años a esconderse por varios años en la selva del Monzón.
De modo que llegué medio apristón al Deustua, un colegio, como decía líneas arriba, administrado por un gremio dominado por el APRA. Terminó de volverme aprista el antagonismo personal que se produjo desde un primer momento con Mario Rodríguez, cuyo padre, sino me equivoco era un magistrado huancaíno de filiación democristiana. Pero Mario ya había derivado, por lecturas y otras influencias, hacia la izquierda radical y era un ardiente defensor de la Revolución Cubana.
Me parece incluso que este afán de polemizar frecuentemente nos llevó a cada uno a leer más textos políticos. Pero había algo más que me distanciaba de Mario, a la par que me acercaba: la poesía.
Mientras yo a mis dieciseis años escribía versos a mi musa, Mirtha, y leía a románticos como el peruano Salaverry o el mexicano Díaz Mirón, Rodríguez cantaba a la revolución y a los oprimidos y leía a poetas comunistas militantes. Finalmente, y a pesar de todo, yo me quedé con la poesía y mi antagonista con la política, que al final trocó por el Derecho.
Recuerdo nítidamente que cuando cursábamos el quinto año de media, el 68, se produjo el golpe de Juan Velasco Alvarado. Fue una mañana que se inició temprano, cuando a las seis y media mi padre ingresó súbitamente a mi dormitorio y me dio la noticia: “Han derrocado a Belaunde”. Mi padre y yo éramos entonces intensos animales políticos. En el desayuno, almuerzo y comida hablábamos de política. El aprismo de mi padre era conservador, el mío, revolucionario. Mis padres, los dos, se opusieron a que vaya al colegio, pero no pudieron detenerme.
La ciudad de Lima, como el resto del país, estaba perturbada y conmovida, remecida por un sismo político de gran intensidad. Escaseaban los “colectivos” o “colepatos” -como se llamaba aquellos días a los carros de servicio público-, líneas de ómnibus casi ninguna. Muy pocos se atrevían a exponer su vehículo al destrozo de lunas o a una volcadura e incendio por parte de manifestantes enloquecidos. Pero algún transporte había y así llegué al colegio a eso de las nueve de la mañana.
A pesar de nuestro incipiente interés por la política y nuestra supuesta indignación por un golpe destinado a todas luces a impedir el triunfo aprista en 1969, lo que nos movía a quienes nos encontramos en el Deustua era básicamente la palomillada, esa actitud y conducta despreocupadas de los muchachos que convierte incluso lo más solemne y dramático en simple charada. Caminamos por Varela hasta Arica, cruzamos la Plaza Bolognesi, camino de la Plaza de Armas o Plaza Mayor, vía Carabaya. Entrar al llamado “Damero de Pizarro” suponía sortear los sucesivos piquetes de la policía de asalto. Pero los estudiantes secundarios, que pronto nos juntamos con los “compañeros” de la Villareal que habían tomado “La Colmena” y la intersección entre este boulevard y Wilson, como entonces se llamaba la avenida Garcilaso de la Vega, nos dábamos maña para concentrarnos y apedrear vehículos y luego dispersarnos rápidamente. Eran muy pocos los que caían en las garras de la “represión”. Con estas tácticas llegamos hasta la propia Plaza de Armas. Algunos estaban mojados por obra de los carros rompemanifestaciones, la mayoría con los ojos enrojecidos por los gases lacrimógenos. Recuerdo que en la intersección de Camaná y Huallaga un grupo compacto de estudiantes era frenado por un chofer que llevaba un Chevrolet Impala en medio de la pista. Era un “valiente” que no se dejaba intimidar por los que marchaban. Recuerdo que una estudiante de la Universidad Villareal y activista aprista, Janet Gamarra, que más tarde sería periodista de “Caretas” y luego “sub Directora de “La Crónica” en tiempos del primer gobierno de García, se puso delante del vehículo. El chofer la levantó en peso. La Gamarra casi cae, pero se incorporó con agilidad y luego se dirigió hacia una pared de adobe, en ruinas, de una antigua construcción cercana. Con inusitada fuerza despegó un inmenso adobe y sin más lo dejó caer desde cierta altura sobre el parabrisas del Impala. Al ver hacerse trizas la luna delantera, el chofer emprendió la fuga, seguido de una lluvia de piedras y mentadas de madre.
Este hecho hizo que el grupo engrosara, se volviera más vociferante y se convirtiera en destructiva turba al llegar a la intersección de Camaná y La Colmena. Me cupo “bautizar” las ventanas de una aerolínea que ya ha desaparecido; sentí con malsana emoción como se venían abajo éstas con estrépito. Una lujuria de violencia se apoderó de nosotros y el tráfico quedó interrumpido por varios minutos hasta que llegó de nuevo el famoso Rochabús, que como sabemos debía su nombre al apellido de un director de Gobierno del dictador Odría.
Había circulado, ahora me parece que con el exclusivo propósito de animar a la gente, la versión de que al mediodía se haría presente en la mismísima Plaza San Martín Armando Villanueva del Campo, para arengar a las masas y empezar a resistir el “golpe gorila”. Villanueva nunca llegó, obviamente, y luego de varias horas de ir por aquí y por allá, los estudiantes se dispersaron tristemente. El golpe se había consolidado por el rechazo de un importante sector de la ciudadanía a la corrupción y el desgobierno del régimen belaundista. La cúpula de Alfonso Ugarte se había propuesto, por otro lado, posiblemente, no resistir, suponiendo que el gobierno militar duraría lo que el anterior de Pérez Godoy y Nicolás Lindley: un año. Pero estos militares llegaron para quedarse doce años o más. Se quedaron solamente doce. Los militares tuvieron el tino de no perseguir al APRA, con lo cual la resistencia aprista quedó sin la fundamental motivación de otras épocas.
Dos meses antes del golpe yo me había matriculado en la academia de preparación universitaria “Sigma”, la mas prestigiosa de entonces. Esta quedaba en “La Colmena”, casi al frente del local de Acción Popular. Por aquellos días se producía el abierto enfrentamiento entre las dos alas del partido gobernante, no solo por el asunto de la tristemente célebre “pagina 11” del contrato con la IPC, sino por supuestos acercamientos entre el sector moderado del belaundismo y el APRA. Los moderados, los llamados “carlistas” eran leales a Belaunde y Ulloa, y tenían el control del local partidario. Un buen día, y mientras escuchábamos clases en la “Sigma”, la calle se convirtió en un campo de batalla campal entre “carlistas” y “termocéfalos”, estos últimos seguidores del primer vicepresidente Edgardo Seoane, ya alejado completamente de Fernando Belaunde, pretendían tomar por asalto el local central de AP.
Resultaba un divertido espectáculo ver como las facciones belaundistas se apaleaban entre sí, acusándose mutuamente de traición. No pasaba por mi cabeza, por supuesto, que estos desordenes - un aspecto más del caos político que vivía el Perú en ese momento- irían a precipitar un desenlace como el de la madrugada del 3 de octubre de 1968.
Antes de ese día yo me veía en un mundo universitario pletórico de vida política, de debates y polémicas. Ya algo de eso se había anticipado en las reuniones políticas del Deústua, en las que incluso invitábamos a estudiantes de las universidades. No puedo olvidar a un curioso personaje que participaba de esos primeros escarceos políticos, el famoso bachiller Enciso, un militante aprista que siete años más tarde se haría famoso como agitador y, según algunos, incendiario, durante la asonada contra Velasco del 5 de abril de 1975. El nombre del famoso “bachiller Enciso se oiría bastante, vinculado a los luctuosos sucesos del Febrerazo. Recuerdo también a Enciso como parte de un grupo de muchachos apristas que conocí en 1969 en la Pontificia Universidad Católica y entre los que se encontraban el entonces aprista Angel Delgado (muy ligado en los ochentas a Alfonso Barrantes y más tarde inseparable compañero de ruta de Alberto Borea Odría, otro ex aprista), Raúl Arístides Haya de la Torre, Adolfo Venegas y…Alan García. Pero nos estamos adelantando.

ALGUNOS DEUSTUANOS DEL 68 EN FOTO TAMAÑO CARNE


Jorge Castañeda ha guardado celosamente durante más cuarenta años estas fotografías tamaño carné de algunos deustuanos. Las ha tenido, probablemente en una caja de cartón o una lata de galletas, como un viejo tesoro testigo de días que ya no volverán. Ahora me las envía para hacerlas públicas. Aquí se las dejo.

CUARTO FRAGMENTO DE FOTO MEMORABLE


Según Manolo Pedreschi y Aldo Galván han sido reconocidos, de izquierda a derecha :

Rojas, Olaechea, Bringas,...,Zuniga, Ruelas y Arenas

miércoles, 9 de junio de 2010

EL HOLANDES ASESINO Y EL NUEVO CODIGO PROCESAL PENAL


A todos ha sobrecogido el crimen del holandés Joran van der Sloot. Mario Rodríguez Hurtado, nuestro promo, es como todos sabemos, uno de los más reputados penalistas peruanos. Aquí hace un análisis muy técnico y académico sobre este crimen y el nuevo código procesal penal:

El caso Joran van der Sloot y el nuevo Código Procesal Penal

¿Qué hubiera ocurrido si la muerte de la joven Stephany Flores Ramírez se hubiese producido en algún distrito judicial donde tiene regencia plena el nuevo CCP (Decreto Legislativo Nº 957)?

1) La policía, una vez recibida la noticia criminal, habría asegurado conveniente la escena del crimen e informado de inmediato al Fiscal (a. 67, 68.1.b, 331)
2) El Fiscal a cargo, habría formulado su inicial estrategia y plan de trabajo, discerniendo los actos de investigación más urgentes e inaplazables y practicándolos, cuidadosa y legítimamente, con la policía y el equipo multidisciplinario de peritos, bajo la modalidad de diligencias preliminares (a. 65.2.3.4, 61, 329, 330, 334.2).
3) Tratándose de un hecho de sangre tendría que haberse realizado el levantamiento de cadáver y la necropsia (a. 195, 196)
4) La intervención del Fiscal en ambas diligencias permitiría que toda la información recogida en la escena del delito sea conocida y aprovechada por los médicos necropsiadores para precisar de modo cabal la causa y mecánica de la muerte
5) En el lugar de los hechos, para evitar su contaminación o alteración, se respetarían escrupulosamente las reglas de la criminalística acerca de su delimitación, perennización y registro, poniéndose especial cuidado en la ubicación y recojo del cuerpo del delito y demás elementos vinculados (objetos, instrumentos, efectos, vestigios), así como en la apropiada configuración de la cadena de custodia de la evidencia (a.192, 193, 194, 316, 318.1.2, 220).
6) Una vez individualizado el imputado, el Fiscal, al no haber flagrancia, requeriría del Juez de la Investigación Preparatoria su detención preliminar al considerar que concurren razones plausibles de la comisión de un delito grave por el sospechoso y cierta posibilidad de fuga (a.261)
7) Producida la captura del incriminado, el Fiscal o la policía le habrían advertido de sus derechos, entre ellos, el de abstenerse de declarar (a.71, 87)
8) El Fiscal a cargo cuidaría que ninguna autoridad y menos la policía presente en público al imputado y genere prejuicio de culpabilidad o estimule el linchamiento mediático o popular (II.2, 70).
9) El Fiscal preservaría el estricto cumplimiento de la reserva de la investigación que excluye del conocimiento de lo actuado a los medios de comunicación y sus ignorantes gacetilleros (a.324)
10) Si el detenido estuviera dispuesto a admitir responsabilidad, el Fiscal tomaría todas las providencias para que su declaración esté rodeada de todas las garantías, especialmente, asegurar la presencia ineludible de un defensor, pues en el Perú la defensa técnica es irrenunciable, y de un intérprete, si se trata de extranjero cuyo idioma materno no es el español (a.86, 87, 88, 160).
11) Luego de las 24 horas de detención preliminar judicial, el Fiscal habría solicitado una audiencia de convalidación de la misma para extenderla hasta por siete días más, al entender que subsisten las razones por las que la solicitó (a.266)
12) Recibido el informe policial (a.332) y apreciado el resultado de las diligencias preliminares, el Fiscal habría formalizado la investigación preparatoria y dispuesto su continuación (a.336), a la vez, requeriría al Juez dictar prisión preventiva del imputado en audiencia (a.268, 271)
13) En este escenario, el Fiscal tendría que decidir si opta por proseguir la pesquisa con actos de investigación formales (a.337), plantea acusación directa (336.4) o requiere al Juez la incoación del proceso especial inmediato (a.446), también podría promover la celebración de una audiencia de terminación anticipada (a.468), aunque por las características del caso lo aconsejable sería la realización de juzgamiento (a.356)

Según se ve, todos estos pasos concretan el decurso acusatorio, garantizador, de tendencia adversativa, eficaz y eficiente, modelo que no habría permitido que los policías y el Ministro del Interior presenten, cual trofeo de guerra, al imputado, entreguen a los medios de comunícación los vídeos de seguridad del hotel donde se alojaron el imputado y la víctima, y manoseen torpemente las evidencias materiales, como la lap top del detenido.
No nos llamemos a sorpresa si ulteriomenete, debido a estas ilicitudes, la defensa del procesado cuestiona los elementos de convicción de cargo

Algo colateral. ¿Se han percatado cuánto desconocimiento de dogmática penal trasuntan los comentarios que recogen los medios de comunicación? ¿Es admisible que se opine y afirme que la declaración de Joran busca presentarlo como un homicida que actuó bajo emoción violenta, esto es, como agente de un delito privilegiado o atenuado?, ¿no saben los comentaristas que la emoción violenta sólo atenúa cuando es excusable (a.109 CP), es decir, cuando es generada por una ofensa inmerecida y el promedio de las personas, en iguales circunstancias, reaccionaría de la misma manera que el imputado; y, en cambio, si no es excusable remite directamente a la ferocidad (matar sin motivo o por móvil nimio, insignificante, repudiable o vil), propia del asesinato (a.108 CP)?. Un ejemplo permitirá esclarecer mejor el asunto. Quién, encolerizado, mata a una persona porque ésta se tropieza con él al salir de un cine ¿es autor de homicidio atenuado por emoción violenta, o es un asesino feroz?, sin duda, lo segundo. En consecuencia, si el holandés montó en cólera y mató a Stephany porque la encontró escudriñando su computadora, donde había información de delitos precedentes, jamás podría atribuírsele homicidio por emoción violenta excusable sino asesinato por ferocidad y, quizás, conectado, en la medida que haya obrado para ocultar otro delito. Las opiniones en relación a un probable robo agravado por el resultado fatal (a.189 CP), tampoco están bien encaminadas al omitir la crítica al despropósito legislativo de castigar un delito predominantemente patrimonial con mayor pena (cadena perpetua) que la conminada para el asesinato (no menor de 15 y no mayor de 35 años de privación de libertad)

DE COMO VALQUI CONTAGIO LA LEPRA A SANCHEZ TENORIO


¡Las cosas que se vienen a recordar aquí! Vagamente recuerdo que alguna vez Carlos Valqui adoleció de un problema de piel y que por esa razón lo llamaban "leproso". Creo que muchos querían mantenerse lejos de él, pero Carlos, siempre jodido usaba su "caracha" para fregar e intimidar.
En el siguiente mail Carlos Valqui le recuerda a Victor Sánchez una anécdota divertida:

Victor:
Yo tuve esa alergia en el dorso de la mano derecha como tres años, era debido al consumo de teofilina , efedrina, antibioticos para el asma. Recuerdo que una oportunidad te sobe mi sarpullido en tu mano y al dia siguiente te salio, te enojaste conmigo, y de alli para adelante tuvimos esa alergia varios años, me recetaron una pomada preparada en la farmacia y al dia siguinte desparecieron mis granos de años (3° y 4° añio de secundaria, si mal no recuerdo), Recuerdo que por esa alergia me decian leproso, a mucha honra. Anecdotas.

Saludos
carlos valqui

NESTOR FIESTAS, EL CERDO Y LA NADA


Mi entrañable amigo, el rollizo Víctor Manuel Sánchez Tenorio, ha rescatado del penoso olvido a un personaje truculento: Nestor Fiestas. Desde los griegos la palabra filosofía ha inspirado respeto, no solo como alto ejercicio intelectual, vedado para la mayoría de los mortales, sino como cosa impenetrable también para las mayorías. El señor Fiestas, contratado por el Colegio Alejandro O. Deustua para dictar el curso de Filosofía inspiró al principio respeto porque los estudiantes suponíamos que quien era capaz de introducirnos en esa materia era un tipo culto y no un charlatán de plazuela cuyo bagaje cultural se limitaba al conocido manual para uso escolar de Augusto Salazar Bondy y Francisco Miró Quesada Cantuarias, amén de algunos folletos de propaganda marxista leninista de procedencia moscovita y otros tantos impresos que llegaban de La Habana y se vendían en el Parque Universitario. Fiestas la pegaba de progresista y hasta de revolucionario, de antimperialista y antiaprista, pero con toda seguridad no había leído ni el 5% de los clásicos del socialismo científico que con seguridad si había frecuentado el hayista Cauti, profesor de Historia. En suma era un farsantillo que además de presentarse como un "filósofo", quería hacernos creer que Ptersicore, la musa de la poesía, lo guiaba. Víctor Manuel Sánchez Tenorio y Mario Rodríguez Hurtado (a quien le pidió prestado un disco con un discurso de Fidel Castro y nunca se lo devolvió) hacían sorna de unos versos francamente esperpénticos, escritos por Fiestas: "Caníbal yanqui no huyas/ o es que no tienes cojones, miserable". El que en verdad tenía cojones, y descomunales, era el propio Néstor Fiestas para pergeñar semejante huevada.
Gracias a él no tenemos ningún filósofo en la promoción.
De él publicamos una foto donde aparece sin haberse rasurado.

NOTICIAS DEL MANCEBO DEL VERBO FLORIDO


Carlos Valqui recibió un email de Diego Valdez Hernández donde éste da cuenta de la vida y milagros de nuestro querido promo Luis Pajares. Con mucha tristeza nos informamos que sufrió un serio accidente. Pero mejor dejo la nota recibida por Carlos a la consideración de todos.
El editor del Blog



Carlitos

Que gusto el de poder saludarte después de tanto tiempo, leí tu nota en el blog de los deustuanos
y me pareció muy divertida. Te comento que el mancebo de verbo florido Luis Pajares no está en
condiciones de poder responder a tu amena nota por razones de salud.
Resulta que el ingreso a la antigua PIP, para posteriormente ingresar a la Marina Mercante fue
ahí donde nuestro recordado Lucho Luis Pajares sufrió un accidente que le origino un traumatismo
cerebral del cual jamás se recupero esta con vida pero ya nunca más fue el mismo que conocimos
todos estos datos fueron proporcionados por RODOLFO ANTEPARRA QUISPE que desea comunicarse
contigo su telefono es 996170002.

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DIEGO VALDEZ

martes, 8 de junio de 2010

CONFESION DE PARTE


Cuando se me ocurrió construir este blog, luego de la reunión y reencuentro con nuestro querido "Maquisapa" no pensé que pudiera ser el comienzo de un futuro gran reencuentro. Todavía falta mucho camino por andar, pero ya estamos andando. Debo confesar que en algún momento pensé que esto se reduciría a 5 personas y Manolo Pedreschi, leal siempre a la idea de reencontrarnos, se mostraba escéptico respecto del blog. Su escepticismo era contagioso. Pero hoy, con la llegada de Castañeda, y la futura presencia en estas páginas de otros promos, creo que nos vamos a librar de la desesperanza y la falta de fe en la amistad.
Debo confesar, con hidalguía, que solo recuerdo a un 25 o 30% de la promo. La razón añade algo más de realismo mágico a nuestras historias. Sucede que desde tercero de media yo me acostumbré a no asistir al colegio. Así de simple. En quinto eso se convirtió casi en un absurdo. Me bajaba del omnibus con Nelson Marengo (un muchachón de cuarto, pelucón y retraído) y nos juntábamos con otro de cuarto: Amancio Peña. Luego comprábamos cigarrillos en la esquina y nos largábamos al Parque de la Exposición o a vagar por los alrededores de la Plaza Bolognesi y la avenida Guzmán Blanco. En el quinto yo llegue a totalizar casi un 80% de inasistencia. Yo no estudié en el Alejandro O. Deustua, sino en las calles y en mi casa. Era un autodidacta nato y solo me aparecía por el plantel para los pasos y exámenes. Cuando se los cuento a mis hijos no me lo creen, pero por Dios que no exagero. Siempre he sido un autodidacta y así moriré. Detesto las aulas, salvo, como ocurría con Mariátegui (y no estoy comparándome, que sería atrozmente rídiculo) sabía que iba a asistir a una clase interesante, ya sea de Cauti o Castellanos (el profesor de Literatura). El resto me importaba una mierda. El colegio, como la universidad después, era para la charla ociosa, la broma, la confraternidad y la política. Descarto el deporte porque odio el fútbol y no me gusta tampoco ningún deporte, salvo el sexo. Ya en otro momento invitaré a todos a que nos hablen de lo que ha pasado estos últimos 40 años, que han hecho, cómo se han realizado. Yo no quiero abusar de esta página que no es mía sino de todos.
Lo único que haré, finalmente, es colgar una foto de hace unos seis años en la que estoy con mi mujer. Un abrazo deustuano

TERCER FRAGMENTO DE FOTO MEMORABLE


Según Manolo Pedreschi.
-Atrás:
Negri, Valladares, personaje desconocido (un profesor o un padre de familiaY y Castañeda.
-Adelante:
Delgado, Vega, Orellana, Benavides, Enriquez

lunes, 7 de junio de 2010

SEGUNDO FRAGMENTO DE FOTO MEMORABLE


Gracias a Manolo Pedreschi, y su memoria de macrocéfalo que puede retener rostros después de 42 años, se ha podido identificar a estos promos.
Atras:
1.Castillo
2.Ramos
3.Murguía

Adelante:
1.Enriquez
2.Vargas
3.Yerén
4.Galván (Aldo)
5. Scipión

UN EMAIL DE JORGE CASTAÑEDA A ALDO GALVAN


A través de este email de Jorge Castañeda a Aldo Galván nos enteramos de cómo ha pasado todo este tiempo para Jorge. Nos alegra saber que ha tenido éxito en la vida, y que tiene una linda familia. Justamente adorna esta nota una foto de él con su esposa Rosita.
He aquí el email recibido por "Maquisapa 1":

Hola Aldo
En verdad es una maravillosa sorpresa que Dios nos guardaba, el encontrarnos despues de 42 años . cuando ya hemos tenido un largo caminar en esta tierra, capaz eso nos obligue a recordar un poco de todo.
Bueno, sobre mi, tengo casado treinta y dos años, y tres hijos, el mayor es chef, la siguiente es profesora de niños excepcionales y la tercera termina este año sicologia,

Despues de 1968 vine al norte del Peru, donde realize toda mi vida, esporadicamente he regresado a Lima a visitar a mis padres o algun trabajo especifico, la vida tranquila en provincia y la bondad de dios me ha permitido una vida en paz.
Trabajo 35 años en el misma compañia, la estatal de petroleo PETROPERU, mi especialidad es la planificacion y los sistemas de gestion de proteccion ambiental, seguridad y salud personal; falta muy poco tiempo para jubilarme.

Te envio esta foto tomada en Enero dle 2010,los años no pasan en vano.

Y tu, que ha sido de tu vida, que es de tu hermano Miguel, te volviste a ver con alguno de la promocion???.
El correo de Javies es
Javier Noriega Gomez jajanogo@hotmail.com

UN fuerte abrazo
JOrge

PRIMER FRAGMENTO DE FOTO MEMORABLE


De izquierda a derecha (según Manolo Pedreschi):

1.Gonzáles Rodríguez, un tiempo empleador de nuestro amigo "Cajón" De la Cruz, quien administraba una casa de masajes del susodicho, a la espalda del Palacio de Justicia. Víctor lo recordara perfectamente.
2.Moreno, desaparecido en acción y recipiente de emails sin contestar.Es doctor y segun Cajón admirador de feminas y chibolas.
3. Miguel Galván "Maquisapa 2"
4.Carlos García, alias "El tuerto"
5.Rodríguez Silvera
6.Juan Bayro

INGENIERO RODRIGUEZ Y SEÑORITA ZARELA


Creo que todos sabíamos que el ingeniero Rodríguez era aprista hasta la médula. Por algo era director del Colegio Alejandro O. Deustua, de la Federación de Empleados Bancarios del Perú, entonces y por un buen tiempo, feudo del APRA. Si mal no recuerdo entonces era máximo dirigente de ese gremio el tío de Aldo y Miguel Galván.
El ingeniero Rodríguez era bajito, inteligente, amante del billar y buena gente. Era ingeniero químico, si la memoria no me es infiel y una vez yo compré unas cuantas "bombitas apestosas" en Galerías Boza (en la "Casa del truco") del jirón de la Unión y las dejé sobre el piso del aula de cuarto año (nuestro salón). Las bombitas venían en unas ampolletas y las pisaron.Olían a mil diablos. Para mala suerte esa tarde dictaba clase el ingeniero Rodríguez, y después de darnos el nombre y formula de lo que apestaba, nos hizo cerrar la puerta y soportar el hedor.
Ah, Zarela. Era alta, blanca y todo hacía pensar que se había quedado para "vestir santos" y era una virgen de treintaitantos años, algo en verdad interesante. Ahora, viéndola en la antigua foto pienso que no tenía tan buenas piernas, pero en aquel tiempo creo que le quitaba el sueño a muchos. Que rica flaca. Salvo mejor opinión.

UNA FOTO MEMORABLE


De esta foto publique en ediciones anteriores una pobre copia fotostática. Aunque no está toda la promoción, si posa gran parte de ella. Aparece clara, también, la imagen del recordado director de nuestro colegio, el ingeniero Rodríguez, alias "Frejol", gran tipo. Publicaremos fragmentos de ella sucesivamente para que puedan reconocerse algunos personajes. Deleitense con este regalo de Javier Noriega.

ROMA NO SE HIZO EN UN DIA

Aldo "Maquisapa" Galván me cursa un email donde me da una grata sorpresa. Lo hago de público conocimiento:

Carlos,

Siguiendo el camino propuesto en tratar de encontrar a los sobrevientes de la clase '68, te comunico que con mucha suerte he podido contactar a Jorge Castañeda y por intermedio de el, a Javier Noriega. Los dos estan muy entusiasmados por la reconectada, y se van a contactar pronto.

El correo viene con una foto del recuerdo proporcionada por Jorge.

Un abrazo

En la foto que publicamos y que corresponde a una excusion a Huampaní en el año de 1968 figuran de izquierda a derecha: Hugo Olaechea, Aldo Galván, Alberto Valladares, Jorge Portal, Jorge Benavides, Manuel Pedreschi, Teófilo Scipión y Walter Bustamante.

sábado, 5 de junio de 2010

MARIO RODRIGUEZ CUENTA ALGO SOBRE EL MITICO OSCAR LACCA


Mario Rodríguez, nuestro querido promo, agrega algunos datos interesantes y divertidos a la parca biografía de un personaje que sin ser miembro de la gloriosa Promoción del 68, se ha colado entre nuestros recuerdos. Trae a la memoria también a la legendaria profesora Fattorini, a la que no pocos recuerdan:

"Querido Carlos, por admonición de Manolo Pedreschi, ayer revisé tu blog. He disfrutado como chancho y reído a mandíbula batiente recordando episodios y personajes de nuestra vida escolar. En un acápite relatas que formaste el club de enemigos de Lacca, compañero de aula que te caía tan mal que imprimiste carnets de ese fantasmal gremio. Pues bien, para perfilar mejor a este personaje, van algunos datos: Estudió en el Deustua desde primaria, me parece que, como la mayoría de nosotros, por ser hijo de empleado o funcionario bancario y acogerse al beneficio educativo conferido por la entonces poderosa Federación de Empleados Bancarios (FEB), circunstancia que en tu caso no operó porque eras "externo". Eso de ser hijo de bancario tenía sus bemoles, sobre todo cuando nuestros padres o madres, como la mía, se declaraban en huelga. En la escuela vivíamos un partido aparte, ya que los hijos de los huelguistas hostigábamos a los hijos de los "amarillos". Volviendo a Lacca, lo recuerdo niño recibiendo tremendas palmetas de la "Lechón" Fattorini, maestra nazi que disfrutaba maltratando a los estudiantes. Bastaba no recordar la tabla de sumar o restar o no repetir, palabra por palabra, la lección, para que te encaje un reglazo o pusiera de rodillas sobre la canaleta de la carpeta por varias horas. Puedes imaginar tanto dolor y humillación para chiquillos de 7 ú 8 años. Ese era el método salvaje de una fémina ignorante y demoniaca. Tenías que aprender por miedo o sino resignarte, como nuestro Lacca, a ser "agasajado" matineé, vermouth y noche. Peor aún, si eras buen alumno, te convertía en vergonzante "capo de campo de concentración judío", pues te obligaba a tomar la tabla o lección a los demás, mientras dormía y resoplaba como un infecto jabalí, y avisarle quiénes no habían estudiado para castigarlos furiosamente. Ahora, cargado de años, confirmo que mis pesadillas y melancolías tienen su origen en esos trances dolorosos de la niñez. Lo paradógico es que los padres de familia jamás cuestionaron ese sistema y, más bien, cada Día del Maestro llenaban de flores y regalos a nuestra torturadora, esperpento que durante dos años nunca nos dejo disfrutar del recreo, hasta que asumió nuestra instrucción, en cuarto de primaria, el recordado profesor Janampa Ramos, pedagogo de La Cantuta, hombre de ideas modernas y amigo de los niños. Así las cosas, Lacca recibió tanto palo de la "Fetorine" que creo se desgració para toda la vida, aunque, según me enteré, fue campeón de remo en La Punta ¿Qué será de él?. ".

viernes, 4 de junio de 2010

AL FIN SABEMOS ALGO DE MIGUEL GALVAN


En esta tarea ardua y a ratos desalentadora que nos hemos propuesto a través de este blog, y que no es otra que ubicar y poner en contacto a todos los sobrevivientes de la gloriosa promoción 1968 del Colegio Alejandro Deustua, hay que tener mucha paciencia. La paciencia da frutos a la larga. Hoy cosechamos uno más: tenemos noticias de nuestro recordado y estimado Miguel Galván, hermanísimo de "Maquisapa". Justamente Aldo nos hace saber de él y de sus éxitos y algunos problemas de salud que estamos seguros superará. ¡Fuerza, Miguelito!
Esto es lo que nos dice Aldo Galván:
Algunos compañeros han preguntado por mi hermano Miguel ; con algunos lo he comentado, pero no con todos y pienso que esta es la manera mas directa de hacerlo a traves del blog. Miguel , después de una laboriosa y exitosa trayectoria en el Banco Mundial , se jubiló el 2008 en Washington. Con muchos proyectos o sueños en mente para su nueva vida como jubilado, sentía que un nuevo capitulo de su vida empezaba, con una energia contagiante, este muchacho de 56 años estaba listo para el cambio. Lamentablemente , seis meses después ,su salud se vio afectada con una serie de mini infartos que han disminuido seriamente su vista como tambien su memoria. Pese a estas limitaciones, su estado de ánimo es bueno y eso ayuda. Hoy, Miguel esta de vuelta en Perú, ya no con las mismos sueños, pero si con las mismas ganas de un mañana mejor.
Muchas gracias, Aldo, por las noticias y si puedes envíanos una foto de Miguelito en los Yunaites.

UNA NUEVA ANECDOTA DE PAJARES (PRIMICIA DE CARLOS VALQUI)


Esta anécdota que nos envía nuestro querido Carlos Valqui servirá para frenar el desánimo que hace un tiempo se cierne sobre Manolo Pedreschi. El se pregunta, con toda razón, por qué ya que existe este blog hay tanta desidia de parte de los "promos", que incluso no contestan los emails, cual si estuvieran acompañando a los que ya se fueron al "otro barrio" y que en paz descansan.
Pero he aquí que Valqui se puso las pilas y nos entrega un trozo de la truculenta biografía de nuestro no menos estimado Luchito Pajares (dónde estés, Pajares, responde: no jodas).
Aquí la anécdota:
Resulta que el compañero de aula hacia honor a su apellido, una oportunidad, por no decir casi siempre, y en plena clase, se estaba masturbando, perdido en el limbo; lo sorprendi y le dije "Jereto está nervioso", el gran Pajares no sabía qué hacer; me respondió asustado "Tu mamá esta calata". Lo tenia seco , porque paraba adormitado y tartamudo de tanta masturbación. Quién no recuerda, además, los sonoros y apestosos eruptos del inigualable Jorge Portal "El Abuelo"
Carlos Valqui Guarniz (Derechos Reservados)
>Comentario al margen: esperamos no haber herido la sensibilidad del súbdito de su Real Majestad Británica, el neocelandez Manolo Pedreschi, con esta cruda anécdota y esta imagen de un huaco mochica que representa el placer solitario o práctica onanista. Perdón si le causamos alguna muestra de repulsión.
Ya, pues, Carlos Valqui, conviértete en seguidor oficial y formal de este blog y trae un par de promos más. NO JODAN.

miércoles, 2 de junio de 2010

CON USTEDES, CARLOS VALQUI GUARNIZ




Después de tantos años que no lo ven, para algunos será una sorpresa volver a saber de Carlos Valqui Guarniz, nuestro querido compañero, gran y simpático palomilla de la gloriosa Promoción 1968 del colegio Alejandro Deustua. Allí lo tienen, alto funcionario, vivito y coleando, hermoso, saludable y feliz coomo una lombriz. ¡Gereto, tienes físico!


Para los que quieran un enlace le damos su dirección:cvalqui@produce.gob.pe


Y al gordito simpaticón de Víctor Sánchez Tenorio: contesta los emails de Carlitos.

martes, 1 de junio de 2010

RECUERDOS DEUSTUANOS PARTE 2 / CARLOS ORELLANA


En cada grupo humano, en este caso en cada promoción de estudiantes de escuela secundaria, hay personajes inolvidables. Importa poco si se trata de santos o locos. En este caso hablamos de loquitos, de muchachos rebeldes, una suerte de individuos anti sistema que son capaces de todo y que protagonizan sucesos que por su singularidad quedan grabados para siempre en la memoria de los demás. ¿Quién no se acuerda del "Loco" Pajares", en realidad de Los Pajares, varios compañeros nuestros que habían ganado fama de chiflados y que hoy los recordamos con una sonrisa.

Muchas son las anécdotas que ha revivido este blog a través de los comentarios aquí vertidos. Ellas nos han hecho recordar, igualmente a otros personajes, como choferes, auxiliares, dueño del kiosko del colegio, vendedores callejeros, ect.

Víctor Sánchez Tenorio ha recordado que Pajares, quien era un gran foraja utilizaba buena parte de su tiempo en imaginar cómo fregar o joder a los demás. A veces no solo se metía con sus compañeros, sino con los choferes de la movilidad del colegio. Uno de esos choferes era un moreno grandote y buenón de apellido Marroquín.

La ociosidad de Pajares era tan extensa que le permitía vigilar diariamente las costumbres de Marroquín. La mas visible de ellas era el hábito suyo de ir a mear a una hora determinada. Al pendejo de Pajares se le ocurrió un buen día esperar que el moreno ingresara al mingitorio para colocar por encima de una de las paredes de éste una manguera. De esta forma "regó" al chofer mientras miccionaba, dándole un gran susto y provocando, seguramente que se orinara los pantalones. Marroquín se enteró que Pajares era el autor de la travesura y, simplemente, le pegó.

Pajares no era de los que se quedaban tranquilos con las sanciones, menos de un chofer y, menos, crolo. Así que urdió una venganza: espero que Marroquín otro día ingresara al baño, pero esta vez para sentarse en el "trono". El "Loco" Pajares le lanzó un "cuetón" y hasta hoy no sabemos cuales fueron las consecuencias directas en el acto de evacuación del vientre del generoso aliancista que oficiaba de chofer en el Deustua. Es de suponer que pensara que él mismo había reventado.

Pajares es recordado también por el mismo Sánchez como un merodeador del que vendía yuquitas fritas. Este hombre se paraba , creo , en la esquina del colegio. Pajares aprovechaba el pánico cuando había muchos clientes, o el distraimiento del hombre, para "tirarse" unas yuquitas. Un día el vendedor lo agarró en el aire y le quemo la mano a Pajares. Este tampoco se quedó tranquilo y no tuvo mejor idea que buscarse nada menos que un ladrillo. ¿Para qué? No para lanzárselo en la mitra al cholo (Pajares no era un joven criminal) sino para un acto más loco: lanzarlo, a la carrera, sobre la paila de aceite caliente.

Así era el loquito Pajares, nuestro querido loquito. ¿Qué será de su vida? ¿Se habrá corregido, o habrá seguido poblando su biografía de anécdotas tan divertidas e increíbles como éstas?
Y la frase de Carlos Valqui cada vez que veía a Pajares en ropa de deportes: '¡Gereto, tú tienes físico!' ¿Qué quería decir -pregunta Sánchez-
el inefable Carlos Valqui Guarniz, vecino de la Unidad vecinal Matute, hincha del Alianza (junto con Bustamante) y mejor baterista que Ringo Starr?
La respuesta la tiene Valqui.

UN MENSAJE DE CARLOS VALQUI GUARNIZ


Don Carlos:Usted siempre muy gentil con el suscrito, recuerdo que en la época del colegio usted siempre fue una persona que marcaba la diferencia, eso son genes, era muy cadencioso y pausado en su expresión y tenia el tip de despuntar como comunicador social, el tiempo me dio la razón(...), repito, son genes. Al amigo Sanchez Tenorio, le he enviado varios correos sin respuesta a la fecha, pareciera que no esta, huye, se esfuma, no se que pasa.

Carlos Valqui Guarniz


A mi pata y tocayo le agradezco sus conceptos y le vuelvo a pedir que se afilie como seguidor a este blog, que siga mandando notas, algún documento o fotos de los 60s o de hoy. Lo comprometo.

Carlos Orellana


Aquí dejo algunas direcciones de miembros de nuestra gloriosa promoción que me ha sido proporcionada por Huguito Olaechea, con el objeto de que se produzcan intercambios epistolares y se animan todos a utilizar este blog:

Mario Rodriguez Hurtado (maparo@amauta.rcp.net.pe); Victor (Peru) Sanchez (victor.sanchez.1@diebold.com); José Benavides Póveda (jbenavidespoveda@yahoo.es); armando jesus de la cruz giraldo (pipomarine@gmail.com); Walter Bustamante Ojeda (walter_bo@hotmail.com); Carlos Orellana (coqcoq@gmail.com); Carlos Valqui (cvalqui@produce.gob.pe); Juan Manuel del Solar Labarthe (jmfdelsolar@hotmail.com); Eduardo Moreno (doc_eduardomoreno@yahoo.es); Manuel Pedreschi (manolopedreschi@hotmail.com); Jorge Portal (jorgeportal@hotmail.com); Victor Raul Ramos (vramos19@hotmail.com); Victor Rodriguez Flores (vrf18@hotmail.com); Alberto Vargas Prom Cole (albertovargas4@hotmail.com); Enrique Yeren (enrique.yerenauris@hotmail.com); Aldo Galvan (agv30@aol.com)