miércoles, 26 de mayo de 2010

EN EL CINE CITY HALL, 1968


En esta vista fotográfica, algo desvaída, que muestra la antesala del Cine City Hall, puedo reconocer al "Tuerto" García y a Pajares. Quizá otros promos puedan identificar a alguien más.

Posiblemente haya tomado esta foto antes de que empezara una de esas matinales que combinaban películas ligeras y conciertos con Los Doltons o Los Shains.

Recuerdo esta sala cinematográfica que quedaba en la primera cuadra de la avenida Venezuela, en Breña, por dos motivos: antes de 1960 vino al Perú el gran cantante charro Pedro Infante y mi padre me llevó a verlo. Luego en el fatídico año de 1970, más precisamente un día de principios de enero y al terminar la función de vermouth me sorprendió en la calle no una habitual y mezquina garúa limeña, sino una lluvia torrencial. Lluvia como esa no se ha vuelto a ver desde entonces.

El City Hall creo que ha desaparecido, como el Capitol, El Olimpo y otros tantos cines que debieran haber sido declarados monumentos históricos, no solo porque algunos eran edificios interesantes, sino por lo que simbolica y culturalmente representaron para varias generaciones de peruanos. Pero así es el Perú. El historiador suizo Jacob Burckhardt dijo que "lo que nos diferencia de los bárbaros es el respeto al pasado". Como se ve, somos aún bárbaros.

8 comentarios:

  1. A proposito de cinemas, Carlos olvido mencionar su favorito, el Colon (en la plaza San Martin, junto al Club Nacional), donde pasaban todas las peliculas de Isabel Sarli.

    En la foto no reconozco a nadie, excepto Pajares.

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  2. Manolo siempre me ha presentado como un fauno, lo cual no deja de ser cierto. Me seduce la buena mesa y admiro la belleza de las féminas como el "Judío" enloquece por el cabernet y el ajedrez. Cada quien hace lo que puede.

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  3. El buen Carlos ha confundido los cines, el que se muestra en la foto es el City Hall, de la avenida Venezuela, que años atras pasaba puras películas de la India y ahora es un templo de no se qué secta. El cine Arica nunca existió, el que estaba en la avenida Arica cerca de la plaza Bolognesi era el cine Capitol.
    Es cierto que se han perdido bellezas arquitéctonicas como el cine Glory, de la avenida Bolivia, el cual tenía una caterva de angeles en todo lo alto de su fachada.
    Otro cine que olvida Carlos es el Rívoli, donde el administrador si le comprabas algo en su kiosko te dejaba entrar a mayores de 21 y donde vio 'Los que ofenden al sexo' y lo hizo famoso entre nosotros.
    Me parece reconocer a Moreno, a la derecha, entre las sombras.

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    1. con todo respeto el cine arica si existio estuvo a una cuadra y media del cine capitol. y casi dos cuadras del cine del oratorio del saleciano y por el otro lado a dos calles del colegio lasalle, este cine estuvo muy pocos años activo en este cine vi la pelicula de raquel welsh un millon de años antes de cristo

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  4. "Me parece reconocer a Moreno, a la derecha, entre las sombras."

    Dificil! A quien reconoces, a las sombras o a Eduardo Moreno Cespedes, quien vivia a la vuelta de La Salle cerca la la avenida Arica? Una vez lo acompane a su casa.

    Que sera de su vida? Cajon me conto es un medico exitoso, pero de ahi no se mas.

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  5. Es verdad lo que dice Vittorio Enmanuelle: me pajaree. El cine donde tomé esa foto era el City Hall. Ya los años lo joden a uno y le hacen estas jugadas. Además del inolvidable Glory estaba el Fantasía y el Hollywood y, ciertamente el célebre Monumental de las Bim Bam Bum (todo lo que te has perdido, "Judio" por andar de catequesis en catequesis y todo para qué, para volverte después ateo).

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  6. Vate ex-Oriental (y ahora Bolivariano),

    Jamas fui cucufato ni devoto religioso, ni asistente a "catequesis". Para tu informacion deje de ir a misa a fines de los 60 y soy ateo militante desde hace muchisimo tiempo.

    No vi a las Bim Bam Bum sencillamente porque era muy joven, de baja estatura, y jamas hubiese podido entrar. A diferencia tuya, que aceitaba al boletero del Colon para que te dejase pasar a ver las peliculas de Sarli.

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  7. Como todo adolescente normal, ávido de conocer los misterios del sexo, hacia lo imposible por ingresar a ver las películas que producía el inmortal Armando Bo y que protagonizaba su despampanante mujer (qué tal caficho este huevón).Además me robaba las revistas Pinguino que celosamente escondía mi viejo en el fondo del último cajón de su escritorio. Lamento que el Judío Pedreschi no haya tenido una adolescencia normal.

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