sábado, 26 de febrero de 2011

EL CONSUMO REGULAR DE LITIO AUMENTA DE FORMA CONSIDERABLE LA LONGEVIDAD


Tomado de "Tendencias 21"

El consumo regular de litio aumenta de forma considerable la longevidad 24/02/2011

Un consumo regular de litio podría aumentar de manera considerable la longevidad, ha revelado un estudio realizado por científicos de la Universidad Friedrich Schiller de Jena, en Alemania.

Los investigadores demostraron que incluso bajas concentraciones de este elemento químico propicia un incremento de vida en los humanos, así como en un tipo de gusano analizado, el Caenorhabidtis elegans.

El litio es un oligoelemento nutricional, que solemos ingerir cuando consumimos vegetales o agua. Hasta ahora, la comunidad científica sabía poco de la función fisiológica del litio, pero un estudio anterior, realizado en Estados Unidos había demostrado que altas concentraciones de este elemento en el organismo podía prolongar la vida. Los científicos alemanes han descubierto ahora que este mismo efecto se da también con concentraciones de litio mucho más bajas.

En colaboración con investigadores japoneses, los autores del presente estudio analizaron la tasa de mortalidad en 18 municipios de Japón en relación con la cantidades de litio presentes en el agua corriente de estas áreas. Así, descubrieron que las tasas de mortalidad eran considerablemente más bajas en aquellos municipios en que la concentración del litio en el agua era mayor. Los resultados obtenidos con el C. elegans fueron similares.

Aunque el mecanismo que propicia este efecto del litio sobre el organismo aún se desconoce, los científicos sugieren que bajas dosis de litio podrían convertirse en un suplemento dietético en el futuro.

jueves, 24 de febrero de 2011

LA ACTIVIDAD CEREBRAL CAMBIA POR EL CELULAR


Tara Parker-Pope
The New York Times


NUEVA YORK.- Investigadores de los institutos nacionales de Salud de los Estados Unidos descubrieron que menos de una hora de uso de un teléfono celular puede acelerar la actividad cerebral en el área más cercana a la antena del teléfono, lo que plantea nuevas preguntas acerca de los efectos en la salud de los bajos niveles de radiación emitidos por estos dispositivos.

Sin embargo, los científicos, liderados por la directora del Instituto Nacional de Abuso de Drogas, Nora Volkow, instaron a interpretar este hallazgo con cautela, porque no se sabe si los cambios, que fueron registrados por imágenes cerebrales, tienen algún tipo de efecto en la salud de las personas.

El estudio fue publicado ayer en el Journal of the American Medical Association y es uno de los primeros y más grandes en documentar que las débiles señales de radiofrecuencia de los teléfonos celulares pueden alterar la actividad cerebral.

"Este trabajo es importante porque documenta que el cerebro humano es sensible a la radiación electromagnética emitida por los celulares -dijo Volkow-. También pone de relieve la importancia de realizar estudios para averiguar si hay o no consecuencias de largo plazo por la estimulación repetida a lo largo de 10 o 15 años."

A pesar de que son preliminares, los hallazgos seguramente reiniciarán el debate acerca de la seguridad de los celulares. Algunos estudios observacionales han sugerido un vínculo entre su uso intenso e infrecuentes tumores cerebrales, pero el grueso de la evidencia científica disponible no muestra mayores riesgos. Los principales grupos de investigación clínica han dicho que los celulares son seguros, pero algunos médicos importantes, incluyendo al ex director del Centro de Oncología de la Universidad de Pittsburgh y prominentes neurocirujanos, han urgido a utilizar audífonos como precaución.

Volkow dijo que esta última investigación no pretende responder preguntas acerca del cáncer u otros problemas de salud, pero plantea otras acerca de potenciales áreas de investigación para entender mejor las implicancias para la salud que tiene el uso de estos teléfonos.

"Desafortunadamente, este estudio en particular no muestra si son dañinos o si, incluso, podrían ser benéficos -dijo-. Sólo nos dice que, incluso, aunque estas señales son débiles, el cerebro humano es activado por ellas."

La mayoría de los grupos médicos más importantes, incluida la Sociedad de Oncología Norteamericana, el Instituto Nacional del Cáncer, y la Administración de Alimentos y Medicamentos, han dicho que los datos existentes sobre los celulares indican que éstos son seguros; particularmente un gran estudio europeo que la Organización Mundial de la Salud dio a conocer el año pasado y que no encontró riesgos aumentados de extraños tumores cerebrales entre usuarios de celulares.

"La evidencia científica ha indicado en forma contundente que los dispositivos inalámbricos, dentro de los límites establecidos, no representan un riesgo para la salud pública ni causan efectos adversos", dijo John Walls, vicepresidente de la Comisión Federal de Comunicaciones, y agregó que todos los sistemas sanitarios "han coincidido en que no son un riesgo para la salud pública".

Pero la nueva investigación difiere de los grandes estudios observacionales realizados hasta ahora. En el trabajo de Volkow, los científicos utilizaron imágenes cerebrales para medir cómo la radiación electromagnética afecta la actividad cerebral. Durante este trabajo, realizado en 2009, se les tomó a 47 participantes una tomografía por emisión de positrones (PET), que mide el metabolismo cerebral de la glucosa, un marcador de actividad cerebral. Los sujetos utilizaron un celular en cada oreja y pasaron por dos estudios de 50 minutos.

Durante uno de los estudios, los celulares se apagaron, pero durante el otro, el de la oreja derecha se activaba para recibir una llamada de un mensaje grabado, a pesar de que el sonido se apagaba para evitar la estimulación auditiva.

El hecho de que el teléfono estuviera prendido o apagado no afectaba el metabolismo general del cerebro, pero las imágenes mostraban un 7% de aumento en la región que se encontraba más próxima a la antena. El hallazgo fue estadísticamente significativo, dijeron los científicos. Y agregaron que no era probable que la actividad pudiera asociarse con el calor del teléfono, porque ocurría cerca de la antena y no donde el teléfono tocaba la cabeza.

Un nuevo capítulo
En el pasado, las preocupaciones acerca de los efectos de los teléfonos celulares fueron mayormente descartadas porque se creyó que las ondas de radiofrecuencia emitidas desde los dispositivos eran benignas. Los celulares emiten radiación no ionizante, ondas de energía demasiado débiles como para romper los lazos químicos o para desencadenar el daño genético que puede llevar al cáncer. No hay ningún mecanismo biológico conocido que explique cómo la radiación no ionizante puede conducir al cáncer o a otros problemas de salud.

Pero el nuevo trabajo abre toda una nueva área de investigación. A pesar de que durante el normal funcionamiento del cerebro se registra un aumento en el metabolismo de la glucosa, la cuestión es si una estimulación artificial repetida podría tener efectos dañinos.

A pesar de que es especulativa, una teoría es que podría conducir a la creación de moléculas llamadas radicales libres, que pueden dañar las células sanas. O podría desencadenar una reacción inflamatoria, asociada con un número de problemas de salud, incluido el cáncer.

Entre los investigadores en cáncer y otros interesados en los efectos que los celulares podrían tener en la salud, el estudio fue recibido con entusiasmo por la credibilidad de los científicos que lo realizaron y los cuidadosos métodos que utilizaron.

Henry Lai, de la Universidad de Washington, que desde hace mucho viene manifestando su preocupación por el uso de celulares, dijo que esperaba que estos datos ampliaran la investigación en la relación entre los celulares y la salud. La doctora Volkow dijo que futuras investigaciones podrían incluso mostrar que las ondas electromagnéticas emitidas desde los celulares podrían tener utilidad para estimular el cerebro en forma terapéutica. Agregó que la investigación no debería alarmar porque simplemente utilizando audífonos se podría aliviar cualquier preocupación. "De ningún modo esto anulará o disminuirá mi uso del celular", concluyó.

miércoles, 23 de febrero de 2011

DESCUBREN POR CASUALIDAD UN TRATAMIENTO EFECTIVO CONTRA LA CALVICIE




Por Yaiza Martínez
Tendencias 21

Un equipo de investigadores de la Universidad de California en los Ángeles (UCLA), que estaba estudiando cómo el estrés afecta a la función gastrointestinal de ratones, ha descubierto por accidente un compuesto químico que induce al crecimiento del pelo, a través del bloqueo de una hormona del estrés relacionada con la alopecia.

Hacía tiempo que se sabía que el estrés juega un papel clave no sólo en el encanecimiento del cabello, sino también en su pérdida. A lo largo de los años, han aparecido numerosos tratamientos contra la calvicie, desde curas milagrosas hasta medicamentos como el minoxidil. Sin embargo, incluso los tratamientos más efectivos han demostrado una eficacia limitada.

Según los investigadores de la UCLA, los hallazgos realizados demuestran que un tratamiento de corta duración (una sola dosis al día durante cinco días consecutivos) con el compuesto mencionado provoca un crecimiento asombroso del pelo, al menos en ratones.

Este hallazgo podría dar lugar a nuevas opciones de tratamiento de la alopecia en humanos, a través de la modulación de los receptores de la hormona del estrés, afirman los científicos.

sábado, 19 de febrero de 2011

NUEVA ZELANDA INCLUYE EN EL MENU BATIDO DE ESPERMA DE CABALLO



AFP, actualizado: 18/02/2011
Amantes de los deportes extremos, los neozelandeses no se arredran tampoco ante nada en lo que a gastronomía se refiere e inventan el batido de... esperma de caballo, según el menú de un festival culinario que se celebrará en marzo.
Amantes de los deportes extremos, los neozelandeses no se arredran tampoco ante nada en lo que a gastronomía se refiere e inventan el batido de... esperma de caballo, según el menú de un festival culinario que se celebrará en marzo.

Este manjar figura en el menú de curiosidades que se presentarán en el festival Wildfoods de Hokitika, en la isla del Sur.

El visitante podrá degustar también escorpiones vivos, escarabajos al chocolate o gusanos fritos. "Después de esto, tendrá tanto vigor como un semental", aseguró el viernes en Fairfax Media, Lindsay Kerslake, criadora de caballos de carrera y autora de la pócima.

El esperma que propondrá el 12 de marzo tendrá gusto de batido con sabores a vainilla, chocolate o fresa, agregó. Entre trago y trago de su Brebaje, la criadora aconseja tomar una bebida energética. Mike Keenan, organizador del salón Wildfoods, espera que muchos visitantes prueben esta preparación insólita, incluido él mismo, según ha declarado.

Creado hace 22 años, este festival tiene la misión de abrir las papilas gustativas de los ciudadanos a experiencias gustativas rústicas e insólitas. La mayoría de los platos, como el jabalí salvaje, son muy apetitosos, pero cada año platos cada vez más originales le ponen un poco de pimienta al acontecimiento. En el pasado, los visitantes pudieron degustar testículos de carnero o pene de toro.

jueves, 17 de febrero de 2011

CARLO STRENGER:EL MUNDO GLOBAL AUMENTA EL "MIEDO A LA INSIGNIFICANCIA"


Por Yaiza Martínez
Tendencias 21

En un pasado no lejano, los jóvenes aspiraban a convertirse en abogados o médicos. Ahora, anhelan alcanzar la fama de Mark Zuckerberg o de Angelina Jolie, un deseo que se extiende también a los adultos. La imposibilidad de lograr semejante objetivo causa estragos en la imagen que se tiene de uno mismo y menoscaba nuestro sentimiento de merecimiento personal, advierte el psicólogo de la Universidad de Tel Aviv, Carlo Strenger.

Strenger ha realizado una extensa investigación interdisciplinar que ha demostrado que, en la última década, el miedo a la “insignificancia” se ha extendido en la sociedad moderna. Los hallazgos de su estudio han sido presentados en un libro reciente, titulado “The Fear of Insignificance: Searching for Meaning in the Twenty-first Century (El miedo a la insignificancia: buscando el sentido en el siglo XXI).

En este libro, se reflejan las investigaciones llevadas a cabo durante una década acerca de los niveles incrementados de ansiedad y depresión en el individuo. Según Strenger, la “ansiedad global” había sido demostrada en estudios previos, pero hasta ahora no se había analizado y explicado completamente. Para hacerlo, ha sido preciso un análisis extenso e interdisciplinar.

“The fear of Insignificance” integra así cientos de proyectos de investigación, desde modelos económicos a estudios sociológicos y de psicológica existencial experimental. La principal conclusión de este compendio es la siguiente: el miedo a la insignificancia tiene su origen en el acceso mediático global, que propicia que cualquiera pueda compararse con las personas más importantes del mundo.

En entrevista exclusiva para Tendencias21, el psicólogo de la Universidad de Tel Aviv explica de manera detallada el fenómeno del miedo a la insignificancia, sus consecuencias para nuestra sociedad y también la manera de superarlo:

¿Por qué empezó usted a estudiar el fenómeno del “miedo a la insignificancia? ¿Se dio cuenta de que había mayores niveles de ansiedad en sus pacientes, en el marco de su práctica médica regular?

A finales de la década de los años 90, comencé a notar que la gente se preguntaba con mayor frecuencia si estaba llevando una vida importante, y empecé a cuestionarme el porqué. Presenté algunos de los resultados de mis investigaciones a este respecto en un libro anterior, The Designed Self (2004), pero sentía que era necesario un método interdisciplinar para comprender completamente el fenómeno. Por otro lado, cada vez aparecían más informes dentro de la literatura psiquiátrica acerca del aumento de la depresión y de la ansiedad. Me preguntaba por qué pasaba todo esto, particularmente cuando muchas personas de las que trataba llevaban vidas interesantes y gratificantes. A pesar de todo, se sentían ansiosas y pensaban que no lo estaban haciendo suficientemente bien.

¿Qué es el “homo globalis”?

Estamos siendo testigos de una revolución comparable en alcance con la revolución industrial de los siglos XVIII y XIX, aunque mucho más rápida que ésta. En un periodo de tiempo muy breve, las nuevas tecnologías de la comunicación han dado lugar a un sistema de infoocio global que está cambiando profundamente la cultura y la economía globales. El “homo globalis” es una nueva especie humana íntimamente vinculada con este sistema, y cuya experiencia viene definida por sus contenidos.

El sistema de infoocio global está necesitado de celebridades globales que resulten atractivas a la audiencia global, con fines publicitarios. Como resultado, los medios de comunicación están llenos de historias de éxito global, desde la de Steve Jobs a la de Oprah Winfrey. Estas historias llegan a formar parte de nuestras consciencias, en las que se perpetúa el mito de que un éxito de este tipo es accesible para todo aquél que, simplemente, tenga iniciativa y talento. Pero esto es completamente falso: los medios de comunicación están llenos de historias que en realidad le pasan sólo a una persona entre un millón. A pesar de eso, todos acabamos sintiendo que si no tenemos tanto éxito es que hemos fallado y nuestra vida no es importante.

Su investigación se hizo siguiendo un método interdisciplinar. En su opinión, ¿qué otros factores podrían estar fomentando la ansiedad creciente del individuo moderno, además de su miedo a la insignificancia?

Hay diversos factores, como la valoración que se hace de la juventud en los medios de comunicación, las historias sobre éxitos a muy temprana edad. Mark Zuckerberg, que a los 26 años ha cambiado el mundo, es un ejemplo perfecto. Estos modelos hacen que la gente tema que aquello que no han logrado antes de los 40 años deje de ser realizable y valioso a partir de entonces. Esta idea aumenta la ansiedad y desvaloriza las carreras tradicionales, que precisan de mucho tiempo para evolucionar y no conducen a un éxito financiero espectacular ni a la fama.

¿Cuáles serían las consecuencias del miedo a la insignificancia para la sociedad?

Este miedo propicia una búsqueda constante del éxito rápido. Las personas talentosas buscan desesperadamente el éxito precoz. Por otro lado, aquéllos que no sienten la necesidad de hacer carrera, están fascinados por la telerrealidad, el género definitorio de la televisión hoy día. Porque en la telerrealidad podemos ver cómo individuos “corrientes”, como cualquiera de nosotros, se hacen famosos en nada de tiempo. Valores como la investigación en el conocimiento o la contribución a la mejora de la sociedad están menos claros en nuestra sociedad de lo que nunca lo han estado anteriormente.

¿Cómo podemos superar el miedo a la insignificancia?

No creo que pueda eliminarse la comparación en la constitución de la autoestima. En algún grado, todos nos comparamos a nosotros mismos con los demás. Pero necesitamos hacernos conscientes de que si medimos nuestra propia valía a partir de criterios comparativos como la riqueza y la fama, estamos condenados a vivir en un miedo constante a la insignificancia.

He trabajado con muchas personas exitosas, y puedo decir que si sólo te mides a ti mismo a través de la comparación con los éxitos ajenos, nunca te sentirás satisfecho: tu exposición perderá valor; a los críticos no les gustará tu próximo libro; alguien de tu propia empresa llegará más lejos que tú y más rápidamente… Cada logro se convertirá sólo en un punto de referencia a superar, por el logro siguiente.

El camino hacia la auto-realización pasa por sentir que uno está viviendo de manera auténtica su propia vida, que existe una lógica inherente a nuestro propio desarrollo. La autoestima estable se alcanza a través de lo que yo llamo una “auto-aceptación activa”: ésta requiere del autoconocimiento y de unos valores claros, así como de una conciencia creciente sobre nuestra contribución al mundo. Esta contribución no puede ser evaluada con mediciones comparativas.

La segunda herramienta sería la inversión en nuestra propia cosmovisión. Muchas personas buscan el alivio a la ansiedad en libros de autoayuda sin base científica, que prometen el éxito rápido; o en libros de “espiritualidad pop” que prometen el acceso instantáneo a una felicidad duradera. Todo esto es charlatanería, y fomenta la decepción.

Una cosmovisión estable requiere de mucho trabajo. Nadie espera quedar satisfecho con el esfuerzo de tan sólo unos días. Entonces, ¿por qué vamos a adquirir fuerza mental y una cosmovisión estable sin trabajar duro? La educación liberal no debería orientarse sólo hacia la obtención de rápidas y exitosas carreras, sino también hacia cuestiones fundamentales acerca de los valores y verdades que se han perdido en los últimos tiempos, y que necesitan ser reestablecidas. Pero la inversión en la cosmovisión personal no termina cuando te gradúas. Es un proceso para toda la vida, que debería ser valorado y disfrutado.

lunes, 7 de febrero de 2011

LAS ESTRELLAS DE LA GUIA MICHELIN





Lectícia Cavalcanti


Hace poco tiempo fue lanzada la biografía del chef Bernard Loiseau, escrita por el norteamericano Rudolph Chelminski. Proveniente de una familia sencilla, Loiseau se inició como aprendiz en el restaurante "Les Frères Troigros", en Roanne (Francia). Pronto se destacó. Por su cocina revolucionaria - en la que sorpendentemente usaba agua en lugar de caldos, para la preparación de platos calientes - y por ser perfeccionista - no es casualidad que ése sea el nombre del libro -"El Perfeccionista" - ganó celebridad en su propio restaurante "La Côte d'Or", en Saulieu, en la Borgoña francesa.

Su mayor deseo siempre fueron las codiciadas tres estrellas en la Guía Michelin -distinción máxima para cualquier chef del mundo. Sólo así entraría para siempre en la historia de la cocina francesa. Junto a Paul Bocuse, Pierre Troisgros, Michel Guérard, Joël Robuchon. Finalmente, en 1991 realizó su sueño. Con las tres estrellas llegaron también el prestigio, la fama y aún más clientes.

Hasta aquí, una historia semejante a la de tantos otros cocineros exitosos. Sólo que, cinco años después, perdió una de las estrellas. El mundo se le vino abajo. Terminó suicidándose, a los 52 años, con un tiro en la cabeza. No fue el primero, ni (probablemente) el último. Alain Zick se suicidó de manera idéntica y Gerard Besson tuvo un ataque al corazón -ambos cuando perdieron una de esas estrellas. Sin contar que Vatel, en el siglo XVII, se atravesó el pecho con una espada - por no haber recibido a tiempo los pescados encargados para un banquete que preparaba en homenaje a Luis XIV y toda la corte, en el palacio de Chantilly.

La historia de esta Guía comienza en 1900, en la Exposición de París. Los visitantes recibían gratuitamente un librito rojo, distribuido por Michelin -empresa que fabrica neumáticos. En la tapa, el dibujo de un muñeco formado con neumáticos superpuestos - conocido como "Bibendum". El nombre tiene origen en la expresión latina "nunc es bibendum", que significa "bebe ahora". En la primera página, una breve explicación de su contenido: "Este libro intenta proporcionar a los automovilistas que viajan por Francia, información útil sobre servicios de asistencia y reparación del automóvil, así como dónde hallar alojamiento, restaurantes, y oficinas de correo, telégrafo o teléfono".

La información era tan precisa que los Aliados, antes de la invasión de Normandía (en 1944), entregaron a sus oficiales una de las ediciones para facilitar la orientación de las tropas, durante la liberación de las ciudades francesas ocupadas. El sistema de estrellas para clasificar los restaurantes fue creado en 1926. Con el tiempo, otros países también tuvieron sus propias ediciones. Pasó a ser publicada todos los años, el mismo día, en todos los extremos del mundo, con una tirada de 1.000.000 de ejemplares. Actualmente en Francia existen 436 restaurantes calificados con una estrella, 65 con dos, y apenas 26 con tres. Y sólo unos pocos conservan las tres estrellas desde que ingresaron a la guía -entre ellos Bocuse (desde 1965), Haeberlin (desde 1967) y Troisgros (desde 1968). No es casualidad. Las influencias no valen nada a la hora de figurar en las guías Michelin. La gastronomía, decididamente, no es política. Es más seria. Y mucho más sabrosa.


Lectícia Cavalcanti coordina el suplemento Sabores de la Folha de Pernambuco, escribe en la Revista Continente Multicultural y en el website pe360graus.com.

Las opiniones expresadas aquí son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente están de acuerdo con los criterios editoriales de Terra Magazine.
Terra Magazine

miércoles, 2 de febrero de 2011

DOS CHISTES, PARA ATERRIZAR




PENSIÓN POR VEJEZ

Al cumplir la edad reglamentaria (65) mi amigo se presento al Seguro Social a tramitar la pensión por vejez.
La funcionaria detrás de la ventanilla le pidió su DNI para verificar su edad e identidad.
Mi amigo busco en sus bolsillos y al no encontrar sus documentos, le dijo a la señorita que habia olvidado su DNI en su casa y que volveria mañana con el.
En eso, la oficinista le dijo: 'Desabotónese la camisa'.
Mi amigo anonanado se abrio la camisa y la funcionaria luego de mirarlo le dice:
Esos vellos canosos de su pecho, son prueba suficiente para mí', asi que no se preocupe le voy a procesar de inmediato la solicitud.
Mi amigo feliz regreso a su casa y le conto a su esposa lo sucedido en el Seguro Social.
Entonces ella comentó:
Que cojudo ¡¡¡Debiste bajarte los pantalones. A lo mejor te daban también pensión por invalidez !!!

martes, 1 de febrero de 2011

UN NUEVO MODELO FISICO PROPONE QUE EL TIEMPO ES SOLO ILUSION

Un nuevo modelo físico propone que el tiempo es sólo una ilusión Es posible que el espacio y el tiempo no tengan otra naturaleza que la que les asignemos por convención Son conceptos tan básicos que se resisten a ser definidos, y, sin embargo, sobre ellos se basa toda nuestra ciencia. ¿Qué son el espacio y el tiempo? Su interpretación ha variado a lo largo de la Historia y aún hoy es posible que una nueva manera de comprenderlos provoque la próxima revolución científica. Ya tenemos ejemplos como Julian Barbour, que propone un modelo serio de física alternativa en la que el tiempo no existe más que como una ilusión en nuestras mentes. Es posible que el espacio y el tiempo no tengan otra naturaleza que la que les asignemos por convención. Por Sara Lumbreras Sancho. El espacio y el tiempo son conceptos tan fundamentales que se resisten a ser definidos (como en la conocida cita de San Agustín: “¿Qué es el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé. Si me lo preguntan, no lo sé”. Su naturaleza última está fuera del alcance de la ciencia y, sin embargo, toda la física se basa en ellos. Han evolucionado con la ciencia: el espacio y tiempo absolutos fueron esenciales para el desarrollo de la mecánica Newtoniana; un espacio-tiempo que depende del observador y que se ve deformado por la materia es el núcleo de la revolución traída por la Relatividad General. Precisamente la Relatividad General, junto con la Teoría Cuántica de Campos (QFT) plantea un espinoso enigma a la ciencia actual, al no haberse encontrado ninguna teoría que las unifique. Pese a décadas de esfuerzo en varias líneas de investigación prometedoras (como las Supercuerdas), el proceso de unificación iniciado con las leyes de Maxwell no ha podido aún incluir con éxito a la Gravedad junto con las otras fuerzas. Es posible que la próxima revolución científica llegue con un cambio de paradigma que reconcilie las dos teorías enfrentadas con una nueva manera de comprender el espacio y el tiempo. Como lo expresó Majid en su libro Espacio-tiempo cuántico y realidad física: “Está iniciándose un nuevo Renacimiento centrado en nuestra comprensión del espacio y el tiempo’’. Parece claro que la Ciencia necesita ayuda de la Filosofía, y que es indispensable en este punto identificar y analizar los supuestos que subyacen a las teorías dominantes actuales. Las viejas preguntas deben ser revisitadas con ojos nuevos: ¿Cuál es la naturaleza del espacio y el tiempo? ¿Son continuos o discretos? (y esta pregunta no tiene por qué tener la misma respuesta para ambos). ¿Son independientes de la consciencia? ¿Tienen sentido el espacio vacío o el tiempo sin cambio? ¿Cómo interactúan con la materia? La Filosofía ha reflexionado sobre estos problemas durante siglos. Revisar sus conclusiones nos puede proporcionar un buen punto de partida. Breve historia de la filosofía del espacio y el tiempo No es sorprendente que encontremos en Grecia los dos primeros ejemplos bien conocidos de filósofos del tiempo. Heráclito defendía que todo a nuestro alrededor se encontraba en un estado de constante fluir, que el cambio era lo único que permanecía. En la posición contraria, para Parménides, el cambio era una ilusión, ya que para él era lógicamente imposible. Zenón, discípulo de Parménides, formuló las paradojas que le hicieron célebre. En ellas trataba de demostrar que el movimiento era imposible porque se componía de la suma de infinitas partes (por ejemplo, Aquiles no podrá nunca alcanzar a la tortuga a la que dio ventaja en una carrera, porque cuando llega al punto en el que se encontraba el reptil un instante atrás éste siempre ha avanzado algo más). Aunque hoy en día estas paradojas nos resultan muy ingenuas, podemos sacar en claro que Parménides y Zenón asumían que el espacio y el tiempo eran continuos. Es más, éste es el caso de todos los filósofos naturales griegos bien conocidos, incluido Demócrito (para él sólo la materia estaba cuantizada, no el espacio infinito que la contenía). Tres existencias Platón propuso tres tipos diferentes de existencia: lo que es (material), en lo que se es (espacio), y por lo que se es (el modelo, la forma). Así que para él el espacio existía pero no de la misma manera que la materia. Aristóteles afirmó que la existencia del espacio “la hace obvia el hecho de que las cosas puedan remplazarse”. Incluso propuso una definición: “El espacio ocupado por un objeto es la frontera estática más pequeña que lo contiene”. Sin embargo, el tiempo no tiene existencia real, ya que el pasado ya no existe y el futuro no existe todavía. Pese a ello, le dio una definición: “El tiempo es el número del cambio con respecto al antes y al después”. Esto implica que sólo existe en la mente, ya que “el tiempo es un tipo de número, y sólo el alma puede contar”. Los teólogos medievales sostenían que Dios no existe en el tiempo sino en la eternidad, entendida como la existencia sin tiempo más que como tiempo sin principio ni final. Como lo expresó Boecio: “La eternidad es la posesión completa y perfecta de vida ilimitada en un único instante”. Es interesante notar que para los maestros medievales como San Agustín o Boecio, este ojo divino que lo ve todo en un mismo instante no suponía ninguna amenaza para la libertad. El conocimiento que Dios tiene del futuro no es equivalente al conocimiento humano de lo que está por venir, puesto que para Él, todos los momentos de la historia son equivalentes. Es útil mantener estas consideraciones en mente cuando reflexionemos sobre cosmologías sin tiempo como la de Barbour. Kant interpretaba el espacio y el tiempo como nociones a priori que no son abstraídas por la experiencia, sino que son el marco que hace que ésta sea posible. Newton creó definiciones precisas de los conceptos de movimiento, espacio y tiempo. De acuerdo con ellas, el tiempo fluye perfectamente uniforme, imperturbable. El espacio es absoluto, casi como un contenedor transparente que se extiende hasta el infinito. Concedió que sólo podían observarse movimientos relativos, pero afirmó que los movimientos absolutos podían deducirse a partir de ellos. Vuelta al absoluto Leibniz se oponía a este punto de vista, defendiendo una visión relativa del espacio donde sólo las distancias y velocidades relativas tenían significado físico real. Su correspondencia con el portavoz de Newton, Clarke, se siguió con interés. El argumento final de las discusiones fue un experimento donde un cubo de agua se hace girar. La curvatura que aparece en la superficie del líquido no responde al movimiento relativo entre el agua y las paredes del cubo sino claramente a la rotación absoluta. La discusión se considero cerrada a favor de la interpretación de Newton. Hasta el siglo XIX no se volvió a sospechar de la noción invisible de espacio absoluto. Mach, científico brillante y empirista convencido, argumentó que el momento linear o angular de un objeto existe como consecuencia de su movimiento relativo con respecto al resto de objetos en el universo. Esto es lo que Einstein llamó el Principio de Mach. La inercia es entonces un concepto que se refiere no a cuerpos aislados, sino al universo en su totalidad. Einstein se sintió inspirado por las leyes de Maxwell -que determinan la velocidad de la luz sin especificar con respecto a qué referencia- a postular que era la misma para todas. De hecho, todos los experimentos que habían intentado medir diferencias en la velocidad de la luz debidas a movimientos relativos con respecto al éter (como el experimento de Michelson-Morley) habían fracasado. Desde este punto de partida derivó un nuevo paradigma en el que todas las leyes de la Física son idénticas e independientes del observador. El espacio y el tiempo están completamente entrelazados en el espacio-tiempo, y ya no son inmutables, sino que se ven deformados por la materia que contienen. Es su geometría, la que define la inercia ahora, ya que los marcos de referencia inerciales son los que siguen las geodésicas (caminos de mínima distancia) de este nuevo paisaje. La Teoría de la Relatividad ha sido probablemente la transformación más profunda en nuestra comprensión del espacio y el tiempo, haciendo avanzar nuestro conocimiento de la Física. Ahora, la pregunta es si otro cambio en nuestra interpretación de estos conceptos puede traernos la próxima revolución. Quizá sus inicios están ya presentes en alguno de los modelos evocadores que presentamos en la siguiente sección. El universo sin tiempo y otras perspectivas sugerentes En esta sección presentamos algunas perspectivas interesantes que difieren de la interpretación convencional y que podrían desencadenar la próxima revolución científica. Exponemos la idea de universo eterno de Julian Barbour, junto con otras especulaciones provocativas de un grupo de respetados físicos contemporáneos. Julian Barbour admitió que le fascinó leer en una de las obras de Mach: “Está totalmente fuera de nuestras capacidades medir cómo cambian las cosas en el tiempo. Más bien al contrario, el tiempo es una abstracción a la que llegamos a través de los cambios en las cosas”. Continúa sus reflexiones con la idea de que cuando medimos tiempo estamos en realidad midiendo distancia. Utilizamos el ángulo cubierto por la manecilla del reloj para inferir el tiempo transcurrido. El tiempo solar es la distancia recorrida por el sol en el cielo. El tiempo sideral, lo que se han desplazado las estrellas. El tiempo atómico, las oscilaciones de un átomo de cesio. De hecho, es posible construir el reloj más sencillo analizando las trayectorias de tres cuerpos moviéndose inercialmente. Este reloj inercial fue presentado por primera vez por Neumann, y después lo desarrolló Tait. Con tres partículas, asumimos que una de ellas se encuentra en reposo. Podemos utilizar la segunda como la manecilla del reloj, dividiendo en intervalos la distancia que cubre. Si suponemos que se mueve con velocidad unidad, es inmediato deducir la velocidad de la tercera partícula. De hecho, basta con tres instantáneas de un sistema inercial para definirlo completamente en estos términos y ser capaz de calcular todas las posiciones relativas de sus componentes, pasadas y futuras. Es importante caer en la cuenta de que estas instantáneas llegan sin ninguna información adicional que proporcione el momento en el que fueron tomadas. Sistema sin tiempo La posibilidad de describir un sistema (aunque fuera muy simple) sin tiempo es lo que inspiró a Barbour en su búsqueda de un modelo de universo eterno. Propone que el verdadero escenario del universo es el espacio de todas sus configuraciones posibles. Como estas configuraciones son eternas, da a este espacio el nombre de Platonia. Todas las Platonias tienen un estado de mínimo tamaño y complejidad al que llama Alpha. Sin embargo, no hay Omega, ya que no existe ningún límite para el tamaño o la complejidad de lo que puede existir. Si trazamos una curva en Platonia, tendremos una posible historia del universo. De nuevo, no necesitamos del tiempo: como en la construcción de Tait, tener las posiciones relativas de los elementos es suficiente para definir una historia (y nada nos impide echar un vistazo a la posición relativa de las manecillas de nuestro reloj en cada punto de la curva). Podemos definir distancias en Platonia como nos plazca, y, utilizándolas, trazar curvas de longitud mínima o geodésicas a través de su paisaje. Algunas definiciones de distancia son especialmente interesantes, ya que Barbour consigue derivar de ellas historias que son coherentes con las leyes de Newton o, con una definición más sofisticada, incluso con la Relatividad. Así, parece posible reformular la Mecánica por completo sin necesidad del tiempo. Sin embargo, nuestra experiencia nos indica que el tiempo sí existe. Barbour intenta explicar el origen de esta persistente ilusión. En Platonia todas las posibles configuraciones del universo existen eternamente. Sin embargo, estas configuraciones aparecen con distinta intensidad. Describe una bruma que se concentra en las mejores soluciones de la ecuación del universo, de una manera que recuerda a las probabilidades de la Mecánica Cuántica. Las soluciones que resuenan mejor son las que tienen más coherencia interna. Esta coherencia interna se manifiesta en la creación de lo que él define como cápsulas del tiempo. Una cápsula del tiempo es un patrón estático que crea o codifica la apariencia de movimiento, cambio o historia. Por lo tanto, nuestra impresión de tiempo y movimiento sólo se debe a las huellas que deja, que son en realidad eternas, y a los recuerdos en nuestra consciencia que son también patrones eternos. Bradbury imagina que el universo tiene probablemente una tendencia a encontrar más apropiadas las soluciones con más estructura. Esto hace que los universos que contienen consciencias sean los preferidos (ya que nada hay más complejo que la consciencia). Esto podría explicar el hecho de que la realidad que observamos es altamente compleja y estructurada, que es un estado altamente improbable estadísticamente. Geometría no conmutativa, espacio-tiempo espuma, fractales y hologramas La de Barbour no es la única cosmología de la eternidad. En las Redes Causales, como en los trabajos de Penrose y Sorkin, el espacio-tiempo se describe mediante una serie de eventos discretos en la que únicamente se especifica qué elementos preceden causalmente a otros. Penrose reflexiona también sobre los valores que se le dan al momento angular en la Mecánica Cuántica. “¿Por qué decimos que un electrón tiene espín arriba o abajo, en vez de derecha o izquierda?”. Sólo sabemos que el espín de un electrón puede tomar dos valores distintos: ½ o -½. Asimilarlos a una dirección en el espacio carece de sentido. Cuando construimos una estructura a partir de partículas elementales, podemos calcular su momento angular total. Si trasladamos un electrón de una estructura a otra, podemos calcular la probabilidad de que la segunda estructura incremente o disminuya su momento angular en el ½ aportado por el nuevo electrón. Penrose interpreta esta probabilidad como el coseno del ángulo que forman las dos estructuras. Si un electrón que está contribuyendo con momento angular positivo en su estructura origen tiene 100% de probabilidad de aportar momento positivo una vez transferido, entonces las dos estructuras son exactamente paralelas. Si siempre contribuye en sentido opuesto entonces son antiparalelas. Valores intermedios de probabilidad nos darían ángulos intermedios. Estas probabilidades son discretas, pero cuando las estructuras aumentan en complejidad el número de valores que puede tomar, la probabilidad aumenta. En el límite, da origen a un continuo de direcciones. Las Redes de Espín no consideran el tiempo, pero Penrose las generalizó a un espacio-tiempo de cuatro dimensiones en su Teoría de Twistores. En esta teoría, las unidades básicas son los rayos de luz, ya que un fotón existe simultáneamente en todos los puntos atravesados en su trayectoria debido a la deformación relativista del tiempo. En todos los modelos presentados hasta ahora se asume que la distancia de A a B es necesariamente la misma que de B a A. La geometría no conmutativa prueba a relajar esta condición y a aplicar la geometría no conmutativa al espacio. Alain Connes, un matemático francés, trabaja en explorar las posibilidades de esta concepción del espacio. Recordando a Demócrito y sus átomos (en la que los distintos elementos se distinguían por sus formas diferentes) propone que quizá la materia sea una manifestación de la estructura profunda del espacio-tiempo. El tiempo como espuma Ya hemos mencionado que la suposición de continuidad para el espacio-tiempo puede ser la causa de que no hayamos encontrado aún la Gravedad Cuántica. Sabemos de la Mecánica Cuántica que las distancias menores que la longitud de Plank carecen de sentido físico. El espacio-tiempo podría estar basado en una especie de espuma (como lo expresó John Wheeler), y su escala fundamental podría ser borrosa. Shahn Majid estudia las consecuencias que tendría esta descripción de la realidad. En particular, la teoría de Majid predice que la velocidad de la luz debería variar ligeramente con la frecuencia. Ya se están realizando experimentos para detectar estas desviaciones mínimas en la luz emitida por supernovas distantes utilizando el telescopio LISA. Tim Palmer propuso una nueva interpretación de la Mecánica Cuántica en la que las probabilidades aparecen como consecuencia de la complejidad intrínseca de la estructura del espacio. Para él la realidad profunda debería ser descrita como un fractal. Su idea principal puede explicarse con la analogía de recibir las coordenadas de un punto en una costa de perfil intrincado. No seríamos capaces de saber con seguridad si el punto pertenece a la tierra o al mar, sino una probabilidad. Palmer sostiene que las probabilidades que encontramos en la Mecánica Cuántica se derivan de un fenómeno similar. También se ha propuesto que toda la información contenida en el universo está codificada en su frontera. Este holograma cósmico encerraría en una superficie bidimensional la realidad tridimensional completa. Si el espacio es discreto, significaría que para que la superficie pudiera contener toda la información, el interior debería ser mucho más borroso. Craig Hogan cree que esta falta de definición puede estar detrás del ruido, por ahora inexplicado, que está perturbando el experimento GEO600 en Hannover, diseñado para detectar ondas gravitacionales. Una intrigante posibilidad De acuerdo con Barbour, podemos describir nuestra realidad sin referirnos al tiempo. Él toma este hecho como evidencia de que la naturaleza del tiempo es ilusoria. Sin embargo, incluso si su descripción es completamente consistente con las observaciones, esto no prueba que el tiempo no existe. Sólo prueba que es matemáticamente posible hacer Física sin tiempo, lo cual es una conclusión completamente diferente. Como ya tenemos una Física basada en el tiempo, esto querría decir que tenemos dos modelos distintos que funcionan igualmente bien. En la Teoría de Campos Cuánticos nos encontramos también con dos modelos, formulados sobre espacio-tiempos diferentes, que dan resultados equivalentes. ¿Es posible que descripciones distintas del espacio y el tiempo nos proporcionen predicciones igualmente correctas? Poincaré señaló el hecho de que nuestros sentidos no pueden percibir directamente la geometría del espacio. El espacio geométrico, el verdadero marco de nuestras experiencias, es distinto del espacio de representación que inferimos de nuestros sentidos. Para empezar, la experiencia de la visión es un fenómeno puramente bidimensional. Sin embargo, tomamos la información de nuestras retinas y del resto de nuestras percepciones y cómo estas varían con el movimiento y los combinamos para formar el espacio de representación tridimensional. Como resultado, ‘’Es también imposible representarnos los objetos externos en el espacio geométrico, así como imposible es para un pintor dibujar en una superficie plana los objetos con sus tres dimensiones. El espacio de representación es sólo una imagen del espacio geométrico, una imagen deformada por cierta perspectiva, y sólo podemos representarnos los objetos haciéndolos obedecer las leyes de esta perspectiva”. El tiempo como convención Poincaré propone un experimento mental en el que consideramos un mundo contenido en una esfera en el que todos los cuerpos tienen el mismo coeficiente de dilatación, así que la longitud de cualquier objeto es proporcional a su temperatura absoluta. La temperatura de este mundo disminuye con la distancia al centro según la fórmula R2 – r2, así que en su frontera la temperatura es el cero absoluto. Incluso aunque este universo es finito, para sus habitantes es de hecho infinito ya que se vuelven más y más pequeños al aproximarse a la frontera. Estos seres imaginarios estudiarían la física de su mundo, completamente inconscientes de las dilataciones térmicas. Cuando se mueven, experimentan una contracción en sus miembros en la dirección de la frontera. Sin embargo, esta deformación se consideraría una serie de perspectiva, con lo que sus sentidos se ajustarían para corregirla. Poincaré señala que “sería un error concluir que la geometría es, ni tan siquiera en parte, una ciencia experimental. Si fuera experimental, sólo sería aproximada y provisional. ¡Y qué burda aproximación sería! La geometría consistiría únicamente en el estudio de los movimientos de los cuerpos sólidos, pero en realidad no le atañen los sólidos naturales: su objeto son los sólidos ideales’’. Finalmente argumenta que la experimentación puede guiarnos, pero no impone ninguna elección de geometría ni puede revelarnos cuál es la más apropiada, la verdadera. Es imposible medir una distancia sin una regla, o sin la posibilidad de desplazar la regla, ya que sólo podemos comparar objetos yuxtapuestos. Asumimos que la regla se mantiene constante durante el proceso. Éstos son los supuestos que dan forma a la geometría que encontramos. Podríamos encontrar una solución distinta si tomásemos otras hipótesis. Por ejemplo, si en vez de asumir que las reglas no se distorsionan, asumimos que la velocidad de la luz es constante, encontramos la geometría relativista. Es posible que el espacio y el tiempo no tengan otra naturaleza que la que les asignemos por convención. Parece que podemos encontrar teorías igualmente válidas basadas en supuestos muy diferentes. Esto puede indicar que su realidad fundamental no existe independientemente de la experiencia que los asume, en una interdependencia inevitable. También podría ser que su naturaleza más básica no pudiera expresarse matemáticamente y sólo pudiéramos encontrar aproximaciones. O, finalmente, podría significar que la naturaleza puede describirse de varias maneras distintas. Los diferentes modelos que funcionen con éxito deberían ser entendidos como descripciones de la misma realidad, pese a sus diferentes expresiones. Sara Lumbreras Sancho, de JP Morgan en Londres, es ingeniero del ICAI y colaboradora de la Cátedra CTR BIBLIOGRAFÍA ARISTOTLE: “Physics“ , from Joe Sachs, Aristotle's Physics: A Guided Study ( 1995). 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